La industria automovilística es uno de los grandes termómetros de la economía estadounidense. La pandemia golpeó severamente un sector que, en el último año, parece manejar en una senda más estable. Así lo demuestra una previsión: las ventas de carros nuevos en Estados Unidos volverán a crecer en 2024.
Según datos del portal de automoción Edmunds, recogidos por CNBC, las ventas de autos nuevos en EE.UU. cerrará 2023 alcanzando los 15.5 millones (incluye carros y camiones). Supone un salto interanual superior 13 %.
Para 2024, Edmunds augura un crecimiento menor, del 1.3 %. Sin embargo, supondría el segundo año consecutivo de aumento en las ventas, algo que no sucedía desde antes de la pandemia (2016). Una tendencia interesante para una industria golpeada por los problemas de suministro y la huelga.
La inestabilidad vivida por la industria de los carros en EE.UU. llegó a un extremo insospechado: durante varias fases de 2021 y 2022, los autos de segunda mano llegaron a superar el precio de los nuevos.
Era la consecuencia de una crisis de suministro galopante, generada por la pandemia y a las tensiones geopolíticas que afectaron a la industria de los chips. Así, cuando un usuario quería comprar un carro nuevo, el vendedor le ofrecía la posibilidad de armarse de paciencia y esperar a que llegara (con plazos elevados) o adquirir uno de segunda mano ya disponible por un precio que llegó a ser mayor.
La situación ha variado. 2022 fue el año más crítico para la venta de carros nuevos, con 13.7 millones (-20 % desde 2019). 2023 cambió las tornas, con un crecimiento sólido.
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Pese a la política de altas tasas de interés para controlar la inflación, que golpea de lleno la demanda de carros encareciendo los créditos, la mejora de los suministros hizo que la producción de carros nuevos se recuperara, impulsando las ventas y normalizando la relación de precios con los usados.
El crecimiento se ralentizará en 2024, pero se mantendrá. Una buena noticia para la industria, que se recupera de una importante huelga, y también para el consumo en general, ya que el sector de los autos se caracteriza por tener un notable efecto multiplicador para la mayor economía del planeta.
Sin embargo, los expertos aconsejan no lanzar las campanas al vuelo. La tendencia en las ventas señala una normalización de los suministros, pero también podría derivarse en parte de una reducción de precios. Esto relajaría el efecto de este consumo en las empresas, sus trabajadores y el resto de la economía en general.
Además, las estimaciones cuentan con una reducción de las tasas de interés den 2024, algo que la Fed dejó entrever en sus comunicaciones recientes. Esta evolución podría verse afectada por lo que sucede en el escenario internacional, y más en concreto, en el canal de Suez, donde los ataques hutíes podrían terminar afectando al suministro de petróleo, desatando una nueva crisis de inflación.
En cualquier caso, la industria de la automoción en Estados Unidos parece retomar la senda de la normalidad. (eso sí, todavía lejos de las ventas prepandemia). Una señal optimista para la economía estadounidense y, por tanto, para la de sus socios comerciales.
Borja Santamaría, con información de Edmunds y CNBC
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