El ahorro: un árbol de raíces amargas, pero con frutos dulces

Por pferreras | agosto 30, 2019

El ahorro es el gasto del futuro. El salvavidas al que nos podemos aferrar justo cuando se presentan las emergencias. Incidentes de salud, gastos funerarios o una importante avería en el hogar a menudo presionan las capacidades financieras de quienes tenemos ingresos convencionales. Ante esos acontecimientos tenemos dos opciones: pedir prestado (incluyendo la tarjeta de crédito) o tirar del ahorro.

¿La ventaja del ahorro? Puede afrontar su emergencia ahora, sin necesidad de pagar interés después. Es un colchón sobre el cual usted se puede recostar en momentos duros.

¡Claro, claro! El ahorro no es sólo para las dificultades. Si quiere irse de viaje, comprar un carro o su vivienda, o bien tener el último Smartphone, se trata de metas respetables para las cuales ahorrar es el camino más directo; pedregoso, sí, pero directo.

Es que el ahorro es como el perdón, un árbol de raíces amargas que nos proporciona frutos muy dulces. El sacrificio de dilatar nuestros gustos e impulsos consumistas será premiado con una cuenta bancaria (o de una cooperativa) que le tenga disponible los recursos para lograr cosas más grandes.

¿Cómo sembrar ese árbol? Sigue conmigo.

  1. El fruto que quiero

No se trata de acumular por acumular. La avaricia y la tacañería son enemigos de la salud financiera. Lo que buscamos con el ahorro es cumplir con nuestras metas, el fruto que quiero que me dé el árbol.

Entre las metas más comunes puedo mencionar la compra de una casa o un vehículo, viajar hacia un destino soñado o la capitalización del emprendimiento que tenemos en mente.

Claro está, un ahorro que debe permanecer en nuestras arcas es el fondo de emergencia.

  1. Hay que identificar el terreno fértil

Sepa en qué banco ahorra, la calidad de la gestión que tiene esa institución financiera y los intereses que pagan. Dependiendo del plazo en el que usted piensa utilizar esos fondos, decida si hace depósitos a una cuenta (corriente o de ahorros) o su contrata un certificado a plazo fijo.

¿Guardar el dinero bajo el colchón porque no confío en los bancos? A ver, su derecho tiene, pero no se lo recomiendo. Si bien es cierto que las instituciones financieras no son perfectas, el sistema dominicano ha demostrado ser estable y solvente.

Además, la Ley Monetaria y Financiera protege al pequeño ahorrante. Me explico, si su entidad quiebra le devolverán su dinero; siempre y cuando haya en su cuenta menos de RD$500,000 o menos de US$50,000.

  1. La calidad de las semillas

La recomendación más habitual es que si queremos ahorrar tenemos que pagarnos primero a nosotros mismos, y ese pago debe ser de un mínimo del 10 % de nuestro ingreso. Es un excelente consejo.

Ahora bien, lo que quiero es que inicies. Por eso te recomiendo que si nunca antes has tenido un hábito robusto de ahorro, empieces con pequeñas cantidades. Empieza con 100 pesos diarios o 50 pesos al día. Apártalos. Cuando se trate de una cantidad suficiente, llévala a tu cuenta de banco.

“Es muy poco”, quizás me replicas. La calidad de la semilla no la determinará la cantidad, sino tu constancia. El ahorro se convertirá en un ejercicio que dominarás con mayor precisión, por lo que tu cuenta aumentará.

  1. Protege tu parcela

Muy bien. Ya estás ahorrando. Felicidades. En este momento el reto consiste en no permitir que los recursos se agoten por cualquier tontería. Además, no bajes la guardia ni seas indulgente producto del éxito. Permanece.

  1. Hay tiempo para cosechar

Las metas se cumplen. Puedes irte de viaje y disfrutar de tu destino sin pensar en los pagaré que te esperan; o conducir ese vehículo con el que soñabas sin deber hasta los muebles. Cumpliste tu meta de ahorro, y ahora te toca sembrar otro árbol con más experiencia y confianza en ti mismo.

Dime cómo te va con tus finanzas, quiero saber de ti. Te espero en Instagram: @revistamercado y @cguisarre. Será para mí un placer responder tus preguntas. Gasta con libertad, pero ahorra con consciencia.

Por: Carlos Arturo Guisarre