FMI podría desembolsar $50.000 millones de emergencia por el COVID-19

Por revistamercado | marzo 25, 2020

‘»Cuán profunda será la contracción y cuán rápida la recuperación dependerá de la velocidad de contención de la pandemia y de la solidez y coordinación de nuestras medidas de política monetaria y fiscal» según la directora gerente del Fondo Monetario Internacional Kristalina Georgieva tras una teleconferencia durante la Cumbre extraordinaria de líderes del G-20.

El FMI proyecta una contracción del producto mundial en 2020, y una recuperación en 2021.

Líderes del G-20, ya han tomado medidas extraordinarias para salvar vidas y salvaguardar sus economías. Particularmente crítico es el apoyo fiscal dirigido específicamente a los hogares vulnerables y a las grandes y pequeñas empresas, para que puedan mantenerse a flote y volver rápidamente a poner en marcha sus operaciones.  De lo contrario, tomará años superar los efectos de las quiebras y despidos generalizados.

Este respaldo acelerará la recuperación posterior, mejorará la situación para hacer frente a desafíos tales como el sobreendeudamiento y los desajustes de los flujos comerciales.

Es fundamental reconocer la importancia de brindar apoyo a las economías de mercados emergentes y en desarrollo para que puedan superar el impacto de la crisis y recuperar el crecimiento.  Estos países se ven particularmente afectados por una combinación de crisis de salud, interrupción repentina de la economía mundial, fuga de capitales hacia activos seguros y – para algunos – caída brusca de los precios de las materias primas. Estos son el principal foco de atención del Fondo Monetario que  dispone de una sólida capacidad financiera, de USD 1 billón, que utilizarán en su defensa, en estrecha colaboración con el Banco Mundial y otras instituciones financieras internacionales (IFI).

El desafío, sin embargo, es enorme:

  • Un número excepcionalmente grande de países requieren en forma simultánea financiamiento de emergencia del FMI.
  • Los mercados emergentes se ven drásticamente afectados por el elevado nivel sin precedentes de salidas de capitales y la grave escasez de liquidez en moneda extranjera.
  • Muchos países de bajo ingreso entran en esta crisis con una pesada carga de deuda.

Se debe actuar a la par de la magnitud del desafío. Para  el FMI, esto significa trabajar para que la respuesta a la crisis sea aún más contundente. Para ello se debe:

  • Duplicar la capacidad de financiamiento de emergencia.
  • Reforzar la liquidez mundial a través de una asignación especial de DEG (derechos especiales de giro), como se hizo eficazmente durante la crisis mundial de 2009, y ampliando el uso de servicios tipo swap en el FMI.
  • Respaldar las medidas adoptadas por los acreedores bilaterales oficiales para aliviar la carga de la deuda de los países miembros más pobres durante períodos de desaceleración mundial.

La dirección del FMI , tras esta crisis sanitaria global , insiste en que se superará y en que  sentarán las bases para una recuperación más rápida y más vigorosa.

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