Retos y perspectivas de la economía dominicana frente al COVID-19

Por revistamercado | junio 24, 2020

Durante el año 2020 el mundo se ha enfrentado a la pandemia del COVID-19 que causó el cierre temporal de la mayoría de las actividades económicas, debido a medidas de confinamiento dirigidas a contener la propagación del virus y así reducir las pérdidas de vidas humanas. Este choque adverso de gran magnitud ha llevado a una revisión a la baja del crecimiento económico, proyectándose una variación del Producto Interno Bruto (PIB) mundial de -5.2 % en 2020, aproximadamente ocho puntos porcentuales por debajo de la expansión de 2.4 % alcanzada en 2019, según las proyecciones más actualizadas del Banco Mundial (BM) publicadas en el actual mes de junio.

Para mitigar los efectos de la crisis provocada por el coronavirus, la mayoría de los países alrededor del mundo están aplicando medidas de estímulo económico orientadas a facilitar la expansión del gasto y a una rápida recuperación de la demanda interna, como ha recomendado desde el inicio de la presente crisis la Directora Gerente del Fondo Monetario lnternacional (FMI), Kristalina Georgieva.

De forma particular, la República Dominicana ha adoptado un conjunto de políticas de amplio espectro para moderar el impacto económico de la pandemia, tomando en cuenta los grados de libertad que se tienen en los ámbitos monetario, fiscal y financiero.

Cabe precisar que previo a la aparición del COVID-19 en el país, la economía se encontraba en una posición cíclica favorable, creciendo en torno a su nivel potencial de 5.0 % en los primeros dos meses del año. No obstante, como es de todos conocido, a mediados de marzo el gobierno se vio precisado a implementar un conjunto de medidas preventivas ante el riesgo inminente de transmisión comunitaria del virus, como el distanciamiento social, la suspensión de operaciones en actividades no esenciales, el cierre de las fronteras por aire, mar y tierra, la implementación del toque de queda y la adopción de restricciones en el transporte público, entre otras. Estas disposiciones, si bien han sido necesarias para preservar la salud de las personas y evitar la saturación del sistema sanitario, han afectado de forma significativa a la actividad económica provocando el cierre temporal de sectores productivos, pérdidas de empleos y el deterioro de las fuentes de ingresos de empresas y hogares.

En efecto, las cifras del Indicador Mensual de Actividad Económica reflejan el choque sin precedentes del COVID-19 que ocasionó variaciones interanuales de -9.4 % en el mes de marzo y de -29.8 % en abril, la cual se prevé sea el punto más crítico de la crisis actual al igual que en la mayoría de las economías del mundo. Con estos resultados, la actividad económica en la República Dominica (RD) registró una variación promedio de -7.5 %, lo que representa una marcada disminución durante el primer cuatrimestre del presente año con respecto al mismo periodo de 2019, debido fundamentalmente a la suspensión transitoria de importantes actividades económicas y al debilitamiento de la demanda externa e interna.

Por otro lado, la disminución en los precios del petróleo y la desaceleración de la demanda agregada han incidido en que la inflación acumulada se mantenga en terreno negativo, al registrar -1.25 % durante los primeros cinco meses del año 2020. Asimismo, la inflación interanual se moderó hasta 0.99 % en el mes de mayo, continuando muy por debajo de la meta de 4.0 % ± 1.0 % del Programa Monetario, lo que otorga suficiente espacio al Banco Central de la República Dominicana (BCRD) para mantener las medidas expansivas ante el COVID-19, sin poner en riesgo su mandato constitucional de preservar la estabilidad de precios.

Esta disminución en la oferta habitual de divisas se ha combinado con un aumento notable de la demanda de dólares producto de expectativas exacerbadas ante la incertidumbre internacional y el ciclo electoral doméstico, generando presiones sobre el tipo de cambio. Para tener una mejor idea del impacto de esta situación sobre el mercado cambiario, basta señalar que en lo que va del año más de trescientas empresas e instituciones han incrementado sus compras de divisas en más de un 50 % con respecto a lo observado en igual periodo de 2019, de acuerdo a las estadísticas del BCRD.

Para enfrentar estas presiones cambiarias, el BCRD ha suplido el descalce de las actividades generadoras de divisas, vale decir que la institución ha tenido que compensar el menor flujo de dólares a través de intervenciones cambiarias por unos US$3,300 millones desde inicios del año 2020. Esta reacción proactiva del BCRD ha permitido mantener la estabilidad relativa del tipo de cambio y evitar que movimientos bruscos de la moneda afecten el buen funcionamiento de la economía.

En ese sentido, cabe destacar que la depreciación del peso dominicano en lo que va del año es de 9.0 %, muy inferior a la experimentada por las principales monedas de la región latinoamericana como Brasil, Argentina, México y Colombia, así como de las mayores economías emergentes en el mismo periodo.

Asimismo, se debe precisar que, la variación del tipo de cambio en esta pandemia se ha mantenido relativamente controlada, encontrándose muy por debajo de lo observado en los grandes episodios de inestabilidad que ha vivido el país, como los ocurridos a principios de la década de los noventa y durante la crisis bancaria de 2003-2004. Recordemos que en este último episodio se registró una variación interanual del tipo de cambio de 174.6 % en el momento más crítico de la crisis.

No es la primera vez que enfrentamos presiones cambiarias por choques de carácter transitorio. Como en otras ocasiones, el Banco Central se compromete a manejar estas situaciones adversas de manera prudente y con el debido cuidado para evitar que sea afectada la estabilidad macroeconómica. Se espera que, una vez cesen los factores de incertidumbre tanto externos como internos y se reactiven en un futuro cercano las actividades generadoras de divisas, las condiciones cambiarias se regularicen, preservándose el largo periodo de estabilidad que hemos logrado desde 2005 hasta la fecha.

Adicionalmente, el COVID-19 ha afectado de forma severa a las finanzas públicas, debido a una caída de los ingresos fiscales por la ralentización económica y por las facilidades de alivio tributario a los agentes económicos privados, así como al incremento del gasto público asociado a programas sociales orientados a preservar el empleo y a medidas sanitaras y de provisión de medicamentos para combatir la pandemia. En ese sentido, se proyecta que el balance del Gobierno Central pasaría de -2.2 % del PIB en el presupuesto original a -5.0 % del PIB, de acuerdo a las estimaciones actualizadas contenidas en la modificación presupuestaria sometida al Congreso Nacional.

Ante la realidad del choque del coronavirus, el BCRD implementó de forma oportuna medidas monetarias expansivas orientadas a la provisión de liquidez a bajas tasas de interés en beneficio y apoyo a los sectores productivos y a los hogares a fin de mitigar el impacto de la crisis, como lo han venido haciendo de forma sincronizada los bancos centrales alrededor del mundo. En particular, se pusieron a disposición de los agentes económicos, Mipymes y hogares unos RD$120 mil millones (equivalente a aproximadamente 3 % del PIB) mediante distintas facilidades, como reportos y liberación de encaje legal, de los cuales ya han sido canalizados a los sectores productivos y los hogares unos RD$76 mil millones, que contribuirán a una rápida mejoría de la demanda interna en los próximos trimestres tan pronto se disipe el impacto de la pandemia y se normalice el aparato productivo nacional. En adición, se tomaron medidas de provisión de liquidez en moneda extranjera por unos US$622 millones, a través de reducción de encaje legal y de operaciones de reportos en dólares.

Los sectores que han sido beneficiados con las facilidades de financiamiento a mediano plazo implementadas por el BCRD han sido Comercio (RD$8,666 millones), Manufactura (RD$5,679 millones), Exportación (RD$4,149 millones), Mipymes (RD$4,117 millones), Agropecuario (RD$2,798 millones) y Construcción (RD$1,874 millones), actividades de alta incidencia en la economía dominicana. Asimismo, la Junta Monetaria autorizó una amplia flexibilización de las normas regulatorias de forma temporal para mitigar el impacto sobre el sistema financiero y la calidad de la cartera de crédito, mediante el congelamiento de la clasificación crediticia de los deudores y de las provisiones correspondientes, la facilitación de las reestructuraciones de crédito y no considerar vencidas las líneas de crédito de corto plazo.

En efecto, los recursos facilitados por el BCRD se están canalizando a una velocidad mayor que en todas las ocasiones anteriores en que se han empleado estos instrumentos, incrementándose los préstamos al sector privado en moneda nacional en 14.0 % interanual y los préstamos privados totales, que incluyen el crédito en moneda local y extranjera, en 14.6 % al cierre de mayo 2020. Se debe resaltar que, de las medidas aprobadas por la Junta Monetaria y el BCRD, quedan pendientes de colocar unos RD$44 mil millones y más de US$500 millones, lo que indica que los agentes económicos cuentan con suficientes recursos para enfrentar la compleja situación actual y contribuir a una dinamización de la demanda interna en el corto plazo.

Un aspecto crucial para las perspectivas domésticas es el comportamiento de la economía de los Estados Unidos de América (EUA), principal socio comercial de la República Dominicana. En ese sentido, esta economía registró un crecimiento en el primer trimestre de 2020 de 0.2 % en términos interanuales y se proyecta una contracción sin precedentes en el trimestre abril-junio, para luego dar inicio a un repunte en la segunda mitad del año. Para el cierre del 2020, la Reserva Federal recientemente proyectó una caída del crecimiento en EUA de 6.5 % y una expansión de 5.0 % en 2021.

Una noticia positiva en el marco de la situación compleja de EUA, es que su tasa de desempleo se redujo de 14.7 % en abril del presente año a 13.3 % en mayo 2020, considerablemente inferior al 19.0 % que esperaban los analistas financieros. Otra muestra de que esta economía está dando señales de recuperación son las ventas minoristas que registraron un incremento récord de 17.7 % en el mes de mayo. Estas evidencias, junto al hecho de que no se vislumbra un incremento en la tasa de interés de la Reserva Federal hasta 2022, podrían indicar un dinamismo mayor de lo previsto de esta economía. Cabe destacar que el potencial repunte estadounidense es de alta relevancia para la RD, ya que de ese país provienen alrededor del 80 % de las remesas y aproximadamente un 40 % de los turistas que nos visitan cada año, además de ser el principal destino de exportaciones dominicanas.

Como una consecuencia de la mejoría en el mercado laboral de EUA, los ingresos por remesas en RD aumentaron de forma interanual en 17.9 % durante el mes de mayo, revirtiendo la tendencia negativa de los meses de marzo y abril. Solo en el mes de mayo, los dominicanos de la diáspora enviaron al país unos US$ 638.7 millones, casi el doble de las remesas recibidas en abril, acumulándose unos US$2,737 millones durante los primeros cinco meses del año. En adición, más de 500 empresas de zonas francas han reiniciado operaciones (alrededor del 80 % del total), lo cual favorecerá al mercado cambiario y al empleo. Igualmente, contribuirá de manera positiva la inversión extranjera directa (IED) con la reactivación de proyectos de construcción en el área hotelera. Cabe recordar que la IED estaba mostrando un buen desempeño previo al COVID-19, alcanzando unos US$758 millones en el primer trimestre del año.

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