Los titulares del país se llenaron con la pérdida del ‘campeón de la bolita del mundo’, Jack Veneno. Desde tiempos remotos, es costumbre de los pueblos rendir homenaje a sus personalidades con estatuas que forman parte del paisaje urbano. En el caso de Jack Veneno, famoso luchador que llenó toda una época del deporte y el entretenimiento popular dominicano, no podía ser diferente.
Ante su pérdida, debido a un cáncer de páncreas, no nos queda más que recordar este hermoso monumento, al primer hombre en convertirse en marca país. La iniciativa de la Fundación Luces y Sombras Espacio de Arte encontró un importante aliado en el Ayuntamiento del Distrito Nacional cuando, el presidente de tal entidad, Juan Gilberto Núñez, presentó la idea de rendir tributo a una figura considerada como ejemplo de perseverancia, que hizo del deporte, específicamente de la lucha libre, su mejor vehículo para mostrar los valores del ser humano.
En aquella oportunidad, David Collado acogió la solicitud con entusiasmo. Es por esta razón que la explanada frontal del Parque Eugenio María de Hostos, en pleno Malecón de la ciudad de Santo Domingo, es el escenario escogido para colocar la estatua del legendario luchador dominicano Rafael Antonio Sánchez, mejor conocido como Jack Veneno, en homenaje a su trayectoria y a todos los momentos en los cuales creó magia y entusiasmo en la infancia de mucho dominicanos.
La ubicación se debe a que fue allí donde comenzó su carrera y donde sus hazañas se convirtieron en parte de la vida cotidiana de muchos. Rafael Antonio Sánchez, Jack Veneno, nació en 1942 y fue figura central de la época de oro de la lucha libre en República Dominicana, un líder seguido por muchos que conquistó al menos seis títulos de campeón en diferentes categorías, tanto nacionales como internacionales.
Era una tradición cada domingo en el Parque Eugenio María de Hostos sus combates, y luego por sus programas de televisión que llevaron sana diversión a muchos hogares. Su estatua constituye una muestra más de cómo las grandes figuras de diferentes ámbitos de la vida nacional pueden quedar inmortalizadas.
Rafael, mejor conocido como Jack Veneno, sacó su nombre de antiguo personaje de las novelas de vaqueros de la época: «El relámpago de Jack». El hijo de doña Tatica nació en San José de Ocoa. Luego, de darse maratones de las películas de «El Santo» cuando tenía más o menos 13 años, se motivó a ser luchador.
A sus 16 años ingresó como amateur a practicar y se hizo profesional a finales de los años 60. Estas son algunas de las luchas más famosas de su trayectoria:
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