Castro pone fin a su mandato, pero no al socialismo

Por pferreras | abril 19, 2021

Raúl Castro se vio obligado a emerger de las sombras tras su hermano mayor, Fidel, entregarle la presidencia en 2006 debido a una enfermedad; desde entonces siguió los pasos de la era socialista impuesta por su familiar, pero con un toque único. Quince años más tarde entrega el trono a Miguel Díaz-Canel.

Díaz-Canel también reemplazó a Castro como primer secretario del Partido Comunista de Cuba (PCC), afirmando que seguirá consultando «las decisiones estratégicas del futuro de la nación» con el antiguo mandatario.

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Su retiro pone fin a una larga era, pero no del capitalismo ni mucho menos de la economía centralizada. Castro dijo que su tarea como primer secretario del PCC concluye «con la satisfacción de haber cumplido y la confianza en el futuro de la patria«.

El efecto del socialismo

Cuba es un estado socialista, las decisiones que han sido tomadas por el gobierno desde el triunfo de los Castro en la Revolución cubana de 1959 llevaron al país al «progreso» de hoy en día. En los pasados meses, un debate sobre el modelo económico del país y hasta qué punto abrirá la economía se ha mantenido en la mesa.

Como efecto colateral de la pandemia, el Producto Interno Bruto (PIB) sufrió una grave de caída de hasta el 11%, mientras el turismo cayó casi a cero. Hechos como este, más propuestas presentadas ante el Congreso en 2016, fueron pospuestas frecuentemente; los cubanos esperan por lo menos algunas reformas sean implementadas por el nuevo presidente.

A principios de 2021, Cuba vistió de negro en luto por el peso cubano convertible (CUC), su presidente estableció el «proceso de unificación monetaria y cambiaria y el resto de las necesarias transformaciones que lo acompañan (…) como un paso decisivo en el ordenamiento monetario del país«. El valor oficial del CUC es equivalente a $ 1 dólar estadounidense, con la fusión, la tasa de cambio se fijó a US$ 1 = CUP$ 24.

Los Castro: el legado económico

La revolución cubana ha traído un gran avance en educación, seguridad, igualdad y salud pública, sin embargo, el choque económico que enfrenta el país junto a la escasez de efectividad en las políticas sociales hace dudar de su progreso.

Entre 1960-2014, el PIB de Cuba creció a una tasa promedio anual de 3,3%; al igual que Uruguay, era el estado de mayor PIB per capital desde los 1950 hasta mediados de 1980. En 2016, República Dominicana superaba a Cuba en un 46%. Sus avances sociales no han sido suficientes para atraer buenos ingresos económicos debido a que:

  1. No estuvieron acompañados de una expansión proporcional del capital físico, las tasas de inversión no muestran la misma resiliencia ante la crisis. La limitada apertura hacia inversiones extranjeras ha descapitalizado progresivamente a la economía.
  2. El marco regulatorio no combina con eficiencia la educación con otros factores, por lo que el modelo ralentizó el crecimiento de la productividad aún en momentos de provecho.
  3. La combinación de indicadores sociales de primer mundo con indicadores económicos tercermundistas disparan tendencias negativas que desfavorecen el crecimiento económico a través de mayor fuerza de trabajo.

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