La personalización y adaptación para cada uno de los usuarios, así como la sencillez de las herramientas digitales, son fundamentales para avanzar en la inclusión financiera en América Latina.
Esta fue una de las conclusiones a las que un grupo de expertos llegaron durante el Encuentro Regional de Desarrollo e Inclusión Financiera, organizado por Credicorp, un grupo financiero de origen peruano.
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Inclusión financiera, una «caja de herramientas»
La agencia de noticias EFE recopiló el testimonio de Carolina Trivelli, investigadora principal del Instituto de Estudios Peruanos, quien apunta que «la inclusión financiera es como tener una caja de herramientas: unas personas van a usar alicates, martillo y desarmador; otros taladro y martillo».
«La gracia es permitir que la población que ya tiene acceso a esa caja de herramientas pueda comenzar a seleccionar y usar aquellas herramientas que mejor le sirven», afirmó la investigadora.
Considera que el trabajo hoy «está en asegurar que la gente conoce bien la caja de herramientas y sus múltiples posibilidades, pero también que tiene capacidad de probar esas herramientas para distintos usos» y, de ese modo, encontrar «qué le sirve en cada momento» a cada usuario.
¿Qué impulsa la inclusión financiera?
Durante el encuentro, fue presentado un estudio que muestra una mejora en el Índice de Inclusión Financiera, puesto que la cifra global se ubicó en 45,5 puntos sobre 100, lo que supone una ligera mejora con respecto al año pasado, cuando se posicionó en el 44,2 , si bien la mejora es mayor con respecto al dato de 2021: 38,2.
Esta mejora se debe en buena medida al avance de las billeteras digitales, puesto que las personas que las utilizan diariamente o varias veces por semana, pasaron del 23 % a 59 % entre el 2021 y el 2023, según recoge el informe elaborado por Credicorp.
Se necesita sencillez
Para Oswaldo Molina, director ejecutivo de la Red de Estudios para el Desarrollo, una de las claves del crecimiento de estas aplicaciones es la sencillez en su uso.
«Nosotros todavía somos una región con baja educación financiera, la sencillez, hablar en su lenguaje y brindarles productos cercanos a su realidad (de la sociedad), es clave», sostuvo.
Al respecto, comentó que la tecnología facilita también la expansión, puesto que «permiten ofrecer productos más sencillos, baratos y al alcance de todos».

También considera que es importante para mejorar la inclusión pensar «en la población informal o que vive en lugares alejados como zonas rurales».
«Normalmente, no han tenido acceso al sistema financiero y en algunos casos no han tenido cerca un cajero automático. La digitalización les abre esa puerta, sobre todo en una región donde internet está aumentando», sostiene.
Este elemento permite crear «productos mucho más específicos para la realidad y necesidades de cada uno de los segmentos».
Acerca del futuro, Molina se mostró optimista sobre los avances de América Latina y consideró que mejorar la inclusión financiera «tiene impactos notables en educación, salud, incluso sobre salud mental, entre otros».
Por eso, concluye que este avance «va a coadyuvar a un mayor desarrollo de América Latina».
EFE
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