Hollywood vive el momento más delicado de las últimas décadas; con los focos apagados, los sets de rodaje vacíos y los guiones en blanco, la tensión la pone la vida real en forma de huelga. El Sindicato de Actores de EE.UU. (SAG-AFTRA), que representa a 150,000 intérpretes, decretó finalmente el paro el pasado jueves, sumándose al que iniciaron los guionistas en mayo. Un golpe para la industria que ya está afectando a programas de entretenimiento y estrenos de películas y series, generando pérdidas millonarias cada día.
La huelga se desencadenó después de que las negociaciones entre la Alianza de Productores de Cine y Televisión (AMPTP) y el SAG-AFTRA para el nuevo convenio colectivo se rompieran. Estos son los principales elementos de desencuentro:
El negociador jefe del sindicato, Duncan Crabtree-Ireland, afirmó que, de aceptar la propuesta de los productores, los actores cobrarían menos en 2023 que en 2020. Según recoge la agencia de noticias EFE, la AMPTP ofreció una subida general del 5 %, lejos del 11 % que pide el sindicato.
Entre otros detalles, en el borrador del acuerdo se recogía una subida del 58 % del salario mínimo para actores protagonistas. Sin embargo, se contemplaba que las productoras adquirieran los derechos de imagen de los figurantes para que trabajen sólo un día de rodaje y, posteriormente, sean replicados por inteligencia artificial.
Se trata del pago que reciben los actores cuando una empresa vende los derechos de reproducción por streaming de alguna película o serie. La AMPT anunció que su ofrecimiento contenía un aumento del 76 % en estos pagos para las grandes producciones reproducidas en el extranjero.
El sindicato pide un aumento mayor y que los pagos se relacionen con el número de reproducciones.
Existen dos factores clave en este punto. Por un lado, el crecimiento de las plataformas de streaming invita a los implicados a pedir una parte mayor del pastel. Por otro, las series son cada vez más cortas, lo que limita los ingresos a medio y largo plazo de los trabajadores. También el modelo de emisión de las series en continuo afecta negativamente a los intérpretes.
La inteligencia artificial aparece como una amenaza para guionistas o actores. Por ello, los sindicatos piden protección para sus empleos. «Algunas de las propuestas que nos hicieron son aceptables, pero no las que tuvieron que ver con la inteligencia artificial», afirmó Crabtree-Ireland. En este sentido, la BBC apunta que el sindicato ha recibido el apoyo de grandes figuras como Jennifer Lawrence o Meryl Streep, a través de una carta.
La postura de los actores y actrices es de alarma ante la posibilidad de que la inteligencia artificial suplante su rol. Las películas podrían, en algún punto, pasar a ser interpretadas por robots con apariencia humana. Un escenario ante el que piden protección.
Según detalla El País, lo que terminó rompiendo las negociaciones fue el hecho de que el sindicato se enterara a través de los medios de comunicación de que la parte de los productores pediría la intervención de un mediador externo. Todo, en un clima de tensión generado por los miles de despidos sucedidos en el último año y medio. «Nos faltaron al respeto», lamentó Fran Drescher, líder del sindicato.
Los efectos del desencuentro ya empiezan a notarse en la industria. Algunos programas de entretenimiento ya han dejado de producirse, mientras que el calendario de estrenos de películas y series se verá pronto afectado. Series de la talla de Stranger Things, Cobra Kai o Abbott Elementary, y películas como Gladiator 2 y la segunda parte de Mission: Impossible estarían en la lista de perjudicadas.
Entre las voces del sector que se han pronunciado destaca la del CEO de Disney, Bob Iger. El ejecutivo advirtió que esta situación tendrá «efectos muy dañinos», y señaló que llega en el peor momento para la industria. De hecho, Disney está inmerso en un plan de recortes que incluye el despido de 7,000 empleados y el cierre de su división para el metaverso.
Bob Iger 2026: sucesión y «decisiones difíciles»
Las dos grandes ceremonias de premios de la industria también estarían en el aire. La recogida de candidaturas para los Óscar concluye en noviembre, por lo que las variaciones en los calendarios de estrenos tendrían una grave influencia en el proceso. En cuanto a los Emmy, está sobre la mesa retrasar su 75 edición hasta finales de año o incluso enero.
Se calcula que la actual huelga podría superar los US$2.1 mil millones de pérdidas provocados por el paro de guionistas de 2007, que se extendió durante cien días. De hecho, algunas estimaciones hablan de pérdidas diarias cercanas a los US$30 millones, una cifra que el sindicato no ha negado. Además, la imagen de Hollywood como líder de la industria se ve seriamente mermada, lo que podría afectar a su capacidad para atraer inversiones y talentos.
Las posturas están claramente enfrentadas, pero el paso de los días y la consiguiente acumulación de pérdidas económicas, tanto para la industria como para los trabajadores, podría acercar el acuerdo.
«Estamos listos para negociar con los estudios, ellos nos han dicho que no quieren regresar a la mesa pero el único método para alcanzar un acuerdo es hablar», señaló Crabtree-Ireland. Mientras tanto, la mayor huelga de la industria en seis décadas sigue en marcha.
Borja Santamaría
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