¿Qué sector de la economía no ha sido afectado por la crisis global provocada por la pandemia? Imposible sería responder diciendo ‘ninguno’. Si bien es cierto, que para algunos la crisis ha resultado en oportunidades de innovación, es también una realidad que para encontrar las oportunidades fue necesario enfrentarse a la crisis y las pérdidas que ese enfrentamiento conlleva.
De manera directa el sector salud y todos sus actores, recibieron el impacto. Siendo uno de esos actores el sector asegurador. Reducción en emisión de pólizas, impactos en la operación e infraestructura, impacto en siniestralidad, extensiones de períodos de cobertura de las pólizas, diferimiento en pago de primas, impacto en el portafolio de inversiones, han sido algunas de las consecuencias acarreadas por el sector asegurador a causa del covid-19.
Agregando que como actores principales de los sistemas de salud, deben responder ante la crisis como prestadores de servicio, empleadores y administradores de capital
De acuerdo con una investigación de mercado realizada por la firma internacional Deloitte Touche Tohmatsu Limited (DTTL), durante el confinamiento las aseguradoras experimentaron un incremento de las dudas y reclamaciones de productos de seguros, como:
En otro orden, la firma internacional PricewaterhouseCoopers (PwC), señala que las entidades aseguradoras han enfrentado durante la pandemia problemáticas como: reducción en la suscripción de pólizas y ventas anuales como resultado de la desaceleración económica, sugestión por la mortalidad producto del virus, deterioro el incremento del riesgo de crédito por el impacto de la crisis en la capacidad de pago de primas de los clientes, selección adversa de clientes en un posible escenario de guerra de precios, cambios en los contratos y términos de las pólizas, incremento de gastos debido a problemas operativos e infraestructura, incremento en la severidad de seguros impactados por la crisis.
Desde otra perspectiva la protección de la salud y la seguridad de los empleados y de los proveedores externos del sector como los asesores y corredores de seguros, es otro de los retos a los que las aseguradoras debieron responder.
Asimismo, el sector asegurador ha debido asumir como parte de su responsabilidad social, acciones puntuales como otorgar ayudas financieras al pago de las primas de sus asegurados, considerada esta una de las medidas más acertadas tras la crítica situación económica a raíz de la pandemia.
Lo estemos o no, es momento de actuar sobre cómo nos hemos de adaptar a un cambio de escenario (social y de mercado), que afectará en la toma de decisiones de nuestro entorno personal y profesional. En una hipótesis de normalidad antes del covid-19, este podría ser el ejemplo de un gran número de corredores y corredurías de seguros: corredor de seguros que, a finales de 2019 habría cumplido con sus objetivos marcados, y estaría llevando a cabo los de 2020 con casi el 80% del negocio renovado.
Tradicionalmente un corredor de seguros, es un ente que ejerce como intermediario entre la compañía de seguros y el cliente asegurado
Sin embargo, ante la transformación económica, política y social que ha supuesto para la humanidad la crisis sanitaria mundial por el covid-19, diversas profesiones han adoptado el papel de héroes y heroínas, capaces de disminuir el impacto de la situación en respuesta a las críticas situaciones que enfrenten sus clientes. Como es el caso de los corredores de seguros.
Ellos, enfrentados a riesgos tan altos para la salud y el patrimonio, transmitir seguridad, tranquilidad, protección es parte de esa labor tan necesaria que ponen de manifiesto su alto valor en el sector salud y el sector asegurador.
Brindar respuestas, información, conocimientos, por increíble que parezca una gran parte de la población antes de esta catastrófica crisis global, no poseía pólizas de seguro siquiera de salud, mucho menos de bienes como vehículos, hogar, negocios. (mh/pfm)
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