El mundo se dirige a una era de sostenibilidad mientras en Europa se produce de forma masiva un nuevo billete de plástico, pero, ¿traerá este proyecto innovador mayores beneficios para el medio ambiente y la economía?
Varios países han iniciado el proceso de transición a billetes fabricados con plástico, Reino Unido acaba de introducir los de 50 libras esterlinas; en 2016 lanzaron el billete de 5 libras plástico con la función secreta como reproductor de vinilos. Así que si tienes en casa un tocadiscos sin aguja, solo basta con tomar de tu monedero una papeleta, y ya está.
El nuevo billete de 50 libras no solo rinde homenaje al legado de la carrera profesional del científico Alan Turig, también representa el compromiso del país con la agenda LGBTQI+. Turing se declaró homosexual en una época donde era un delito penal en Reino Unido, por lo que fue sometido a una castración química para evitar la cárcel.
Resulta controversial a primera instancia, ¿cómo la producción masiva de billetes plásticos aporta a la disminución de la contaminación del mismo material? Un estudio del Banco de Inglaterra reveló el efectivo de polímeros dura 2,5 veces más que los de papel, por lo tanto se vuelven a cambiar con menor frecuencia, favoreciendo al medio ambiente.
De igual forma, los billetes pueden reciclarse para convertirse en nuevos artículos de plástico.
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El nuevo billete británico rinde homenaje al científico Alan Turing, matemático, filósofo, criptógrafo y padre de la computación moderna. Turing conceptualizó términos como «algoritmo», «modelos computacionales» e «inteligencia artificial»; el mundo moderno tiene qué deberle.
Entre los principales descubrimientos de su legado se encuentra su primera máquina, el test y los primeros ordenadores:
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