Ayudas y reapertura rápida explican fuerte recuperación de EEUU

Por revistamercado | octubre 27, 2020

La fortaleza de la recuperación económica de Estados Unidos ha sorprendido constantemente durante los últimos meses, gracias en parte a las sólidas finanzas de los consumidores, sustentadas por una generosa ayuda gubernamental y tasas de interés extremadamente bajas.

Hace tres meses, economistas proyectaban un crecimiento anualizado de 18% en el tercer trimestre. La encuesta más reciente de Bloomberg a economistas ahora muestra una proyección mediana de casi el doble (un ritmo récord de 31,8%) para el informe que se presentará el jueves.

Incluso con una mejora trimestral tan significativa, la economía aún tiene mucho trabajo por delante, ya que el valor del PIB se mantendrá por debajo del máximo anterior de US$21,7 billones a fines de 2019. El desempleo es de más del doble de los niveles previos a la crisis y se espera que el covid-19 limite el crecimiento durante meses y posiblemente años.

Sin embargo, una confluencia de factores ayuda a explicar por qué estos economistas subestimaron la recuperación hasta ahora. Para empezar, en algunos estados los cierres comerciales relacionados con el covid-19 fueron levantados en semanas, en lugar de meses, lo que permitió un rápido repunte de las ventas minoristas.

La respuesta del Gobierno, particularmente al enviar a muchos estadounidenses cheques de estímulo por US$1.200 en abril y agregar US$600 por semana a los beneficios por desempleo durante varios meses, también fue clave y puede que haya sido más efectiva de lo que se estimó en un principio. Además, las familias estadounidenses ahorraron más dado que el crecimiento de los ingresos superó el gasto incluso después de restar la ayuda del Gobierno.

Además, los rápidos cambios en la economía llevaron a analistas a confiar cada vez más en los datos de los llamados indicadores de alta frecuencia, como las reservas de restaurantes y los movimientos de teléfonos móviles. Eso permitió una imagen más en tiempo real de la recuperación, pero también hizo que los pronósticos fueran más complicados para aquellos analistas acostumbrados a los modelos informáticos que incorporan indicadores tradicionales.

Los ingresos totales para minoristas están muy por encima de sus niveles prepandemia, mientras que la construcción inicial de viviendas unifamiliares y las ventas de casas propias son las más altas en más de 13 años. Los datos regionales de fabricación muestran que los pedidos siguen aumentando, en parte porque los inventarios cayeron.

Las tasas hipotecarias en mínimos récord están impulsando la demanda en el mercado inmobiliario, pero también hubo un cambio en las preferencias de los estadounidenses —que dejaron los centros de las ciudades a favor de suburbios más distantes y casas más espaciosas que también pueden servir como espacios de oficinas personales.

“La gente no era lo suficientemente optimista sobre el consumidor”, dijo Stephen Stanley, economista jefe de Amherst Pierpont Securities, que ahora ve un crecimiento de 34,1% en el tercer trimestre después de pronosticar 18% en abril. “Hubo mucha preocupación de que el estímulo fiscal en la primavera impulsaría el consumo temporalmente y que tan pronto como ese flujo de dinero se detuviera, el consumidor dejaría de gastar”.

Entretanto, se prevé que la economía volverá a un ritmo de crecimiento más moderado hasta finales de año. El aumento de casos de coronavirus y el estancamiento prolongado sobre un nuevo estímulo amenazan con limitar más ganancias, mientras que el momento y la efectividad de las vacunas contra el covid-19 siguen siendo inciertos.

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