‘Greedflation’: qué es y cómo puede afectar a los precios finales

Por Gabriel Rico Albarrán | junio 27, 2023

Estados Unidos vive una paradoja. Mientras el índice de precios de los productores lleva un año descendiendo, los precios finales que pagan los consumidores sigue un camino ligeramente ascendente. Es decir, los productos son más caros pese a que los productores los venden más baratos. ¿Por qué? Algunos expertos lo achacan a un nuevo término: greedflation, o inflación de codicia.

Un estudio publicado por Statista y que recoge datos de la Oficina de Estadísticas Laborales de Estados Unidos compara la brecha entre el índice de precios del productor (PPI) y el índice de precios de consumo (CPI) en el país.

Infographic: Is Greedflation Driving U.S. Consumer Price Increases? | Statista You will find more infographics at Statista

En la gráfica pueden apreciarse dos realidades:

  • El PPI tocó su particular techo hace más de un año (junio de 2022). Desde entonces, se ha reducido un 9.4 %.
  • El CPI (precios de bienes y servicios representativos) creció con fuerza desde diciembre de 2020 hasta junio de 2022 (tope del PPI). Lo hizo un 13.8 %. Por tanto, el PPI se ha ido reduciendo en el último año, pero el CPI ha seguido aumentando, aunque de forma más moderada (+1.03 %).

Es decir, que mientras el precio de los productores ha caído más de un 9 %, los precios que pagan los consumidores finales por bienes y servicios habituales no han caído. Para algunos expertos, la explicación puede estar en la greedflation.

¿Qué es la ‘greedflation’?

La mayor economía mundial es un ejemplo de un proceso que se está viviendo en muchos otros países. El concepto greedflation no genera unanimidad entre los especialistas, pero ya forma parte del debate, especialmente desde finales de 2022.

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En un escenario de inflación disparada, especialmente en algunos sectores como el de los combustibles, numerosas voces llevan tiempo apuntando a las grandes corporaciones como un factor clave para que los precios finales sigan elevándose con fuerza.

Un ejemplo es el propio presidente de Estados Unidos, Joe Biden, que en junio de 2022 apuntó que la petrolera Exxon había ganado «más dinero que Dios» durante un año difícil para los consumidores por los altos precios de los hidrocarburos.

Joe Biden. Foto: EFE/EPA/Yuri Gripas / Pool

Así, el concepto greedflation se define como la acción de las empresas para subir innecesariamente los precios finales.

Dichas subidas se consideran «innecesarias» debido a que no tienen su raíz en un aumento de los costos. Por tanto, es una inflación que sólo está encaminada a aumentar sus beneficios, perjudicando a los consumidores.

Dos corrientes de opinión

«Muchas de las mayores compañías de consumo general han admitido beneficiarse de subir los precios para aumentar sus beneficios año a año», apunta un informe de la organización sin ánimo de lucro Accountable.us, citado por Statista.

Algunos expertos señalan que esta situación lleva produciéndose bastante tiempo, y que algunas empresas poderosas utilizan la inflación generalizada como excusa.

Una situación que se agrava en sectores controlados por un pequeño número de empresas, que según esta corriente de opinión, se unen para modificar al alza los precios a su conveniencia.

Foto: EFE/Wei Leung

«Hay sectores que aumentaron su poder de fijación de precios y sus márgenes de ganancia, superando el argumento de que la inflación era transitoria», afirmó el economista jefe de UBS Global Wealth Management, Paul Donovan, en un reportaje publicado por la BBC.

Otros economistas, sin embargo, dan la vuelta al argumento. Lo consideran una mera excusa, en este caso para justificar que las tasas de inflación sigan siendo elevadas a pesar de las medidas para intentar controlarlas (fundamentalmente, las subidas de tasas de interés).

«Los políticos siempre encuentran a un culpable de los males económicos que aparecen en forma de inflación», afirma en el mismo reportaje David Fernández, profesor de Economía en la Universidad Francisco Marroquín (Guatemala).

La desaparición de empresas, estrechando algunos sectores a pocas compañías, puede estar detrás de esta realidad. «Esta concentración llevó a una reducción de la oferta y por lo tanto un aumento de precios», señala Fernández.

Dos perspectivas sobre un fenómeno que, si bien no genera acuerdo, sí se ha hecho un hueco en el diccionario económico de los últimos meses.

Borja Santamaría

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