Impuesto mínimo global: América Latina podría beneficiarse si baja sus tributos

Por dandara | junio 23, 2021

La aprobación del Impuesto mínimo global por parte de los países del G7, tiene como objetivo final la lucha contra la evasión fiscal por parte de grandes compañías y multinacionales, frenando así que algunos países ofrezcan descuentos al impuesto de sociedades.

Esta situación ha provocado por muchos años que grandes compañías terminen por ubicar sus sedes hacia los llamados paraísos fiscales, que al final son territorios o naciones que para captar estas empresas ofrecen muy baja tributación con el objetivo de pagar menos o incluso nada.

La aplicación en un futuro cercano de este impuesto pudiera llegar a favorecer a los países de América Latina, los cuales podrían comenzar a competir por captar nuevas inversiones sin tener que sacrificar sus ingresos fiscales, pues no tendrían que enfrentarse a los paraísos fiscales que hay en la región.

“La existencia de este impuesto mínimo global puede frenar la carrera fiscal entre países y permitir que las naciones latinoamericanas compitan por inversiones sin tener que sacrificar los ingresos fiscales”, indicó Jaime Vargas, socio director de impuestos en la consultora EY a BBC Mundo.

Sin embargo, para recibir estos beneficios, las naciones latinoamericanas tendrían que venderse muy bien para que las grandes compañías del mundo las vean como opción real y atractiva para ubicar sus sedes por este lado del planeta.

Por ahora, ninguna de las multinacionales más grandes del mundo tiene actualmente su oficina central en la región.

Al respecto, el experto explicó que, para sacarle el máximo provecho a este plan del G7, los países latinoamericanos podrían implementar “la regla de sujeción a gravamen”, la cual solo puede aplicarse mediante tratados tributarios internacionales.

“De tal manera que si el resto de países latinoamericanos desean continuar protegiendo su recaudación de impuestos, es posible que tengan que hacerlo imponiendo retenciones en los pagos al exterior a tasas relativamente altas o limitando las deducciones”, dijo Vargas a BBC Mundo.

El problema de los impuestos altos

Por otro lado, uno de los grandes problemas que presentan los países de la región tiene que ver con el alto nivel de las tasas de sus impuestos, que no resultan para nada competitivos cuando se comparan con los tributos que se aplican a empresas en otras zonas como Asia y Europa.

De acuerdo con un informe de Tax Foundation, Sudamérica tiene impuestos corporativos más altos que las jurisdicciones asiáticas o europeas.

El estudio refiere que la tributación promedio en América Latina es de 27.54%, mientras que en Europa es de 19.99% y en América del Norte es de 26.06% aproximadamente.

Por lo tanto, las grandes empresas que estarían sujetas al Impuesto mínimo global en vez de pagar casi 30% de impuestos en América Latina, pues seguirían prefiriendo los beneficios que ofrecen los paraísos fiscales donde pagarían solo el 15%.

Sobre este punto, el informe de Tax Foundation afirma que, si los países latinoamericanos no reducen el promedio de sus impuestos, entonces al final este tributo lejos de eliminar los paraísos fiscales, los reforzaría.

Impuesto a la espera

Como se sabe, los miembros del G7, conformado por los países más ricos del mundo, recientemente alcanzaron un acuerdo para poder establecer un Impuesto mínimo global a las empresas multinacionales de al menos el 15%.

De esta manera, se lograría que las empresas paguen este tributo en los países donde hacen negocios, independientemente si sus sedes se encuentran o no ahí.

Según la OCDE, de llegar a aplicarse este impuesto corporativo, el mismo podría recaudar hasta 100,000 millones de dólares al año, monto que equivale al 4% del impuesto corporativo mundial.

No obstante, este impuesto acordado por el G7 aún no puede ser aplicado. Para entrar en vigencia primero deberá ser confirmado en la próxima reunión del G20, que se celebrará en julio próximo.

Si recibe luz verde en este encuentro internacional, el tributo luego será negociado de forma aún más extensa bajo los criterios de la OCDE.

Entonces el proyecto será revisado por 139 países que negocian normas de tributación transfronteriza en la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE). Solo después de esto, sería posible su implementación.

“Todavía hay mucho trabajo por hacer antes de que se aplique cualquier decisión definitiva”, señaló a Reuters Gilles Möec, economista jefe de la empresa de gestión de inversiones Axa Investment Managers (Axa IM).

Por ello se estima que si el acuerdo de este impuesto no acaba por completo con los paraísos fiscales, al menos los podría hacer mucho menos atractivos para muchas empresas que buscan reducir su carga fiscal.

Suscríbete a la revista y regístrate a nuestros newsletters para recibir el mejor contenido en tu buzón de entrada.