¡Que el carbón siga barato!

Por revistamercado | noviembre 1, 2020

¿Seguirá el mineral con su cotización depreciada en los mercados internacionales? El sector energético público apuesta a que sí, invirtiendo en su matriz. De eso depende la viabilidad de 752 megavatios.

LA INVERSIÓN gubernamental de más de US$2,000 millones en la Central Termoeléctrica Punta Catalina, recientemente inaugurada con sus dos plantas independientes, colocó al carbón en el centro de los commodities de la generación energética local. Punta Catalina está supuesta a entregar 752 megavatios brutos (sin tomar en cuenta lo que se pierde en las redes) al Sistema Eléctrico Nacional Interconectado (SENI).

Esa energía sería suficiente para encender al Cibao completo, tanto sus 0hogares como sus empresas. Ahora bien, cuando probaron en 2018 el arranque continuo de una planta de 376 megavatios brutos, la Corporación Dominicana de Empresas Eléctricas Estatales (CDEEE) dijo que se necesitaron 642,000 toneladas métricas de carbón.

Ya el carbón es parte de la matriz energética local antes de Punta Catalina, con una participación que ya rondaba el 10 %, por medio de complejos eléctricos privados. Lo especial con las plantas ubicadas en la provincia Peravia es la escala a la que llega el uso del mineral, que ha sido proscrito como generador energético en Canadá, Francia, Portugal, Italia, entre otras decenas de naciones, que pretenden cerrar sus últimas plantas a base del commodity antes de 2035.

Mientras estas naciones alegan conveniencias medioambientales, República Dominicana se aboca a la materia prima al precio que se ha ido deprimiendo, precisamente por la exclusión de otras naciones. En el Mercado de Productos Agrícolas y Materias Primas de Estados Unidos, la principal referencia de Latinoamérica, el carbón se ha desplomado en los últimos cuatro años.

Una tonelada métrica del mineral costaba US$90.10 el 1 de diciembre de 2016, pero su cotización en torno a los contratos de futuros colocaba esa misma tonelada métrica a US$50.40 el 10 de agosto de 2020. Aunque el gran confinamiento ha sido factor de la baja de los instrumentos que no sirven de refugio, la pérdida de valor del extracto ha sido tendencia con el mismo ritmo con que algunas potencias asumen el compromiso de desterrarlo.

Esa baja en el carbón rinde sus frutos aún antes de arrancar en pleno, de acuerdo con la CDEEE. A mediados de 2019 el holding de empresas estatales había señalado que el mercado eléctrico se había ahorrado US$500 millones con la operación de la obra pública, aunque el comunicado oficial no especifica los detalles de ese ahorro. Igualmente, la administración interna de la Central promete ganancias anuales por US$240 millones.

Dulces palabras para el erario, cuyo déficit energético ronda los US$1,000 millones por año. La clave consiste en que el carbón se mantenga barato. ¿Es eso probable? Goldman Sachs, el mayor banco de inversión de Estados Unidos, dice que sí y argumenta que esa canasta energética mineral, incluyendo el petróleo y el gas natural, quizás ni siquiera pueda recuperarse de la ola verde. En torno a la Central Termoeléctrica Punta Catalina hay dos proyectos mencionados a futuro: vender el 49 % de sus acciones por US$2,250 millones y estudiar la factibilidad de convertirla a gas natural. ¡QUE EL CARBÓN SIGA BARATO!

¿Seguirá el mineral con su cotización depreciada en los mercados internacionales? El sector energético público apuesta a que sí, invirtiendo en su matriz. De eso depende la viabilidad de 752 megavatios. Fuente: la fuente es Investing, una herramienta basada en bots que se alimenta de las bolsas globales debidamente registradas. Los precios están expresados en dólares y los volúmenes en toneladas métricas, el estándar internacional para comprar carbón, que también se utiliza para otras materias primas agrícolas y minerales.

Lo importante de estos datos, en el contexto del sector eléctrico dominicano, es que la evolución de los precios de los contratos a futuro del carbón en el Mercado de Productos Agrícolas y Materias Primas de Estados Unidos hará la diferencia entre la viabilidad de grandes inversiones que posibilitan la inyección de cientos de megavatios basados en este combustible.

Suscríbete a la revista y regístrate a nuestros newsletters para recibir el mejor contenido en tu buzón de entrada.