VARIAS LECCIONES FINANCIERAS nos ha dejado el 2020 y una de ellas es el ahorro, como forma de generar un colchón que nos permita afrontar cualquier emergencia con suavidad. Sin embargo, ahorrar en familia no es una tarea fácil para la mayoría de los dominicanos, especialmente si se llega con un presupuesto ajustado al fin de mes.
Cuando se trata de familia «la unión hace la fuerza», y crear dinámicas que nos lleven a una meta en común puede propiciar la unidad y el trabajo en equipo. Además, es un grandioso ejemplo para los niños, quienes desarrollarán el hábito del ahorro, mientras tu familia genera un capital que pueda servir de ayuda ante un imprevisto.
Los educadores, instituciones y organizaciones han promovido en los últimos años la formación temprana de una efectiva cultura financiera. Por ello, es importante involucrar a los niños y jóvenes en cualquier rutina de ahorro que decidas implementar en casa. Además, si se hace en forma de “juego” para ellos será mucho más fácil asimilarlo.
Jugar no sólo es diversión, también puede ser un método efectivo para aprender y cambiar los hábitos poco favorables por unos más positivos:
¿Quién decidirá la película que verán?, ¿El plan del fin de semana?, O ¿El próximo menú? Por supuesto el ganador de la semana. El juego consiste en que se establezca un objetivo de ahorro para todos los miembros de la familia. El que consiga llegar a su objetivo antes que el resto será el ganador de la semana y podrá elegir hacer un plan en familia. Con esto todos irán adquiriendo nuevos hábitos de ahorro.
Consiste en que cada semana del año entre toda la familia se ahorre la misma cantidad que el número de días transcurridos, es decir, en la primer semana se ahorrarán siete pesos, en la segunda 14, para la la tercera serán 21 y así sucesivamente, hasta que se llegue a la última semana del año, que es cuando se hace el mayor esfuerzo, al lograr juntar 366 pesos (en caso de ser año bisiesto). En esta dinámica, los padres serán los que más aporten al ahorro para que los pequeños del hogar contribuyan con algo simbólico pero que los los ayude a sentirse involucrados en este método de ahorro. De este modo, podrán llegar al 31 de diciembre con una cifra bastante aceptable para que se inicie el año con un pequeño premio o hacer una reparación que se ha estado posponiendo desde hace tiempo o, mejor aún, para que se continúe ahorrando y se abra algún instrumento de inversión.
Estos impuestos deben ser pagados por cada comportamiento o conducta que sea dañina para la convivencia familiar. Este impuesto irá a una alcancía común, que puede ser física o una cuenta de ahorro, al final del año el presupuesto se destinará a algo que decida toda la familia.
Este método es excelente para cultivar nuevos hábitos y comportamientos a la vez que ahorras.
