Esta estadística puede sorprenderte: el 20 % de las ofertas de trabajo que hay en internet no buscan candidatos. Según datos de Clarify Capital, uno de cada cinco empleadores dejan sus ofertas tiempo después de su vacante haya sido cubierta, o directamente las abren sin necesidad de reforzar su plantilla. Se trata de los ‘ghost jobs’, un fenómeno que está creciendo en el universo digital, que afecta a todo tipo de sectores y posiciones, y que supone un obstáculo para las personas que utilizan la red para buscar oportunidades de dar un giro a su rumbo profesional. Te ayudamos a entender los motivos de esta tendencia y a reconocer qué anuncios no son reales.
¿Por qué mantener o abrir una oferta fantasma?
Publicar una oferta de trabajo sin buscar trabajador es una práctica poco empática, ya que puede hacer perder tiempo y energías a las personas que buscan empleo y aplican a ella. Así, la pregunta es lógica: ¿qué buscan los empleadores manteniendo ofertas de empleo que no quieren cubrir? Existen varias posibles explicaciones que están alejadas de un hipotético despiste:
- Apariencia ante inversores: En ocasiones, las compañías buscan dar una imagen de actividad y crecimiento. Quieren mostrar que están constantemente renovando procesos y captando candidatos interesantes para aumentar su capacidad y su productividad. De esta forma, intentan mejorar la percepción de posibles inversores, clientes y proveedores.
- Apariencia ante los propios empleados: Otra de los posibles objetivos de mantener abiertas ofertas laborales en la red es la de generar en la propia plantilla de la compañía la sensación de que la empresa está en constante movimiento. Algunos empleadores pueden tener la sensación de que eso llevará a que sus trabajadores aumenten su intensidad. También su motivación, al ver que están en una empresa con la ambición de crecer.
- Abrir un proceso aunque el candidato esté decidido: En ocasiones, las empresas deciden la persona que quieren contratar para un puesto determinado y, sin embargo, abren un proceso virtual. El objetivo es dar la impresión, especialmente de puertas adentro de la compañía, de que la contratación final ha salido de ese proceso, pese a que ya estuviese asegurada previamente.
- Puertas abiertas a candidatos interesantes: Quizás sea el motivo más habitual de las ofertas fantasma. La compañía en cuestión no necesita reforzar su plantilla, sin embargo, quiere estar disponible en el caso de que aparezca un candidato perfecto para crecer en determinadas áreas. Por eso, mantiene su puerta abierta. Si la abre un perfil especialmente atractivo, le dará la bienvenida.
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¿Cómo reconocerlas?
Las ofertas fantasma pueden tener sus beneficios para las compañías, pero comportan un obstáculo para las personas en busca de oportunidades laborales. Aplicar a un ‘ghost job’ implica, casi siempre, una pérdida de tiempo, además de un pequeño golpe moral, especialmente si no es la primera vez. Presentarse como candidato a una oferta y no recibir respuesta, o ser rechazado a las primeras de cambio, siempre supone un gasto de energía y una decepción.
Por tanto, es interesante fijarse en ciertos parámetros que pueden encender nuestra señal de alerta:
- La fecha de publicación: Cuanto más tiempo lleve abierto el proceso, más posibilidades hay de que el objetivo de la compañía nos sea tanto el de cubrir una vacante como alguno de los anteriormente mencionados.
- Perfil de la empresa: Si estamos en una herramienta como LinkedIn, podemos tratar de comprobar si la empresa tiene abierta sólo la oferta a la que queremos aplicar, o si mantiene varias para otras posiciones o departamentos. En el segundo caso, es posible que no necesiten cubrir vacantes y en cambio mantengan sus puertas abiertas por otros motivos.
- Otros canales: Si queremos asegurarnos de que la oferta es real, podemos visitar los perfiles de la compañía en otras herramientas de búsqueda de empleo, los perfiles de redes sociales o el propio sitio web. Puede que en esos canales la empresa publique la misma propuesta. Sería una buena señal. Si hay otras publicadas y no coinciden con la que nos interesa, tendríamos un motivo para recelar.
No hay un método científico que sirva para detectar con plena certeza las ofertas fantasma. Sin embargo, estos parámetros nos pueden ayudar a sospechar y, en caso de no recibir respuestas, reducir nuestro nivel de decepción, no gastar más tiempo y seguir buscando con las energías intactas.
Por Redacción Mercado, con datos de Clarify Capital
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