En las últimas décadas, gran parte de los medios de comunicación han normalizado la idea de que vivimos en una era de obsesión con nosotros mismos. Aunque puede ser fácil descartar estas ideas tachándolas de alarmistas, hay evidencia de que el narcisismo está aumentando.
Diagnosticado o no, el narcisismo es un rasgo de personalidad caracterizado por altos niveles de merecimiento, una visión delirante e inflada de uno mismo y un desprecio general por los intereses, sentimientos y bienestar de los demás.
Las investigaciones muestran que las puntuaciones en una medida clínica de narcisismo aumentaron 30 % en los EE. UU. entre finales de la década de 1970 y mediados de la década de los 2000.
La tecnología ha normalizado el narcisismo al legitimar las demostraciones públicas de autopromoción y egocentrismo. Si eres parte de la nueva generación de líderes, es probable que hayas crecido en línea y hayas tenido acceso a muchas aplicaciones sociales. Esto puede ser una pendiente muy resbaladiza.
Para evitar o superar lo que ya se conoce como narcisismo digital, estos conceptos pueden ser útiles:
La humildad, entendida como la capacidad de comprender tus limitaciones y evitar sobreestimar tus talentos, puede ser la mejor aliada para superar el narcisismo no clínico. A nivel individual, ser visto como humilde se asocia con una reputación más positiva y mayores grados de simpatía.
Pensamos en alguien como humilde cuando parece más talentoso de lo que cree que es.
Los lugares de trabajo dirigidos por personas que valoran la humildad sobre el narcisismo tendrán menos probabilidades de participar en prácticas tóxicas.
Las investigaciones muestran que, incluso entre los líderes narcisistas, aquellos que adoptan hábitos humildes en su autopresentación tienen más probabilidades de involucrar a sus equipos e impulsar un alto rendimiento en sus organizaciones. Esto se debe a que los líderes humildes buscan servir a sus empleados antes que a sí mismos, y apoyar a las personas a medida que se desarrollan, superan desafíos y crecen.
¿Les dices a tus empleados que los aprecias? El valor del reconocimiento
Una empresa dirigida por líderes humildes, o líderes que se presentan como humildes, es una empresa con una cultura de aprendizaje. Este cambio beneficiaría a todos al fomentar la inclusión, la innovación y el apoyo mutuo. En este tipo de entorno, la sustancia triunfaría sobre el estilo.
La humildad es una habilidad que podemos desarrollar. Debemos comenzar por cuestionarnos más, interpretar los eventos como si nosotroa no fuéramos el centro del universo y comprender que el fracaso no es sólo una parte natural de la vida, sino una gran oportunidad para aprender. Podemos estar más agradecidos por la retroalimentación crítica y reconocer que esta no es fácil de dar.
Interpersonalmente, podemos hablar menos y escuchar más, hacer un esfuerzo por adoptar la perspectiva de otras personas y tener la madurez social y emocional para aceptar puntos de vista diferentes a los nuestros, incluso si (en el fondo) no estamos de acuerdo.
Además, si se presenta la oportunidad a medida que ascendemos en el escalafón, debemos tratar de promover a personas humildes.
La próxima vez que sientas la necesidad de publicar algo para recibir validación, detente y pregúntate: “¿Qué me está impulsando?”. Si puedes pasar de tu motivación de coleccionar “me gustas” a formar conexiones genuinas con los demás, estarás un paso más cerca de la humildad.
Todos tenemos el poder de ejercer más humildad, sin importar cuánto tiempo pasemos en línea. También tenemos el poder de incentivar a los demás para que no actúen con prepotencia. Imaginemos cuánto más seguro e inclusivo sería el trabajo si la próxima generación de líderes se comprometiera a valorar la empatía, el respeto y la consideración por encima del egoísmo.
De Harvard Business Review, por Tomas Chamorro-Premuzic
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(Tomas Chamorro-Premuzic es el director de innovación de ManpowerGroup)
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