Canadá se ha convertido en el primer destino laboral a nivel mundial; su admirable gestión durante la crisis sanitaria llamó la atención de muchas personas dispuestas a trasladarse al extranjero para trabajar.
La visión del trabajo de una gran parte de la población mundial se ha visto modificada, lo que se refleja en la disminución considerable del porcentaje como, también, efecto de la pandemia; en Europa, el apurado crecimiento de casos positivos figura entre las posibles razones del decaimiento de Italia, Francia y España.
Principales destinos
Aquellos cambios en la clasificación serán positivos o negativos dependiendo el éxito de las naciones en la gestión ante el nuevo coronavirus; este factor parece figurar como criterio decisivo en las actitudes hacia la movilidad de las personas.
Estados Unidos perdió su condición de destino laboral más popular del mundo, resultando mayormente beneficiado su país vecino, Canadá. La variación no debe ser tomado como sorpresa, pues casi todos los países cuyo puesto en la lista cayó o, en efecto, desapareció de la lista, pese a su lucha por “aplanar la curva”.
Asimismo, la nación conocida por el maple leaf también es la primera opción para menores de 30 años, al igual que aquellas personas con masters y algún tipo de formación o experiencia digital.
Francia, España e Italia se encontraban entre los diez primeros destinos laborales en 2014 y 2018; dos años más tarde, solo la nación francesa permanece siendo superada por sus compañeros de continente Suiza, Reino Unido y Alemania, ocupando la penúltima posición.
Los datos de la encuesta revelan países con un eficaz nivel de respuesta ante el covid-19 han incrementado en popularidad. Japón subió cuatro puestos, pasó del décimo al sexto, mientras Singapur y Nueva Zelanda, figuran dentro de la lista por primera vez hace más de dos décadas.
Menor disposición general a trasladarse
En 2014 el 66% de los encuestados establecieron firmemente la idea de trasladarse a otro país por motivos laborales les resultaba atractiva, sin embargo, cuatro años después el porcentaje ha disminuido 13 puntos porcentuales, situándose cerca al 50%.
La pandemia no es único factor del declive: nuevas políticas de inmigración, malestar social, junto al surgimiento de nuevas tendencias dentro del sector laboral también han tenido su parte; el reciente modelo de trabajo consiste en proveer servicios a distancia sin la necesidad de relocalización por parte del empleado, incluso si el empleador no tiene presencia física en su país de origen.
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