Los Juegos Olímpicos de Invierno, celebrados en Beijing, dieron inicio el 04 de febrero del presente año en las ciudades de Pekín y Zhangjiakou. Este evento se define como el más importante del hielo y la nieve a nivel mundial, dentro del ámbito deportivo. Lo que sorprende a todos, es que a causa del cambio climático, el escenario será con nieve artificial.
Así como se lee, los espacios donde se llevan a cabo las competencias de quince disciplinas han sido modificados para crear montañas en zonas áridas y esparcir por encima nieve falsa. Según datos del Gobierno chino, se invirtieron hasta $ 90 millones de dólares estadounidenses para modificar el ambiente a calidad olímpica.
Las autoridades chinas actuaron en base a la poca educación social hacia los recursos naturales en Beijing
Hasta el momento, la situación podría parecer un simple imprevisto, sin embargo, la perspectiva cambia al saber que fue necesario modificar todo el clima de una región para hacer uso de aproximadamente 350 cañones de nieve, siete salas de máquinas y estaciones de bombeo (con al menos 51 bombas de presión y 09 torres de refrigeración en su interior) y, 185 millones de litros de agua.
«Es un asunto recurrente en las zonas montañosas de todo el mundo (…) Queríamos ilustrar los desafíos que enfrenta el avance de los deportes de nieve y, con suerte, iniciar una conversación sobre cómo los eventos deportivos podrían adaptarse a un clima cambiante», afirma Maddy Orr, investigadora del informe Slippery Slopes.
Al momento de hacer oficial la sede de los Juegos Olímpicos de Invierno 2022, China prometió celebrar un evento deportivo verde, limpio, con energía 100% renovable… pero, con el uso de nieve artificial, ¿están realmente cumpliendo con la promesa?
La producción de nieve falsa es una tarea monumental, atribuida a la compañía TechnoAlpin, que conlleva cañones de nieve TF10 de 2,5 metros de altura, capaces de proyectar nieve a una longitud mayor que la de cinco autobuses puestos en fila (60 metros).
La producción de hora es similar al volumen de 10 camiones por hora
Además, condicionar quince escenarios con nieve es una labor que podría consumir mucha energía, sin tomar en cuenta que para la creación del producto se suelen agregar aditivos químicos o biológicos para mejorar su calidad y ralentizar el tiempo tardado en derretirse.
De manera tradicional, la fabricación de nieve implica temperaturas bajo cero y cañones de nieve. Pero, ahora, con temperaturas más cálidas y elevaciones más bajas, era imprescindible adoptar un enfoque distinto. TechnoAlpin trabaja de la mano con el medio ambiente enviando desde 2018 un arsenal de lo necesario para ir generando nieve.
«Necesitamos más energía cuanto más caliente se pone», afirma Michael Mayr, gerente de área de TechnoAlpin Asia; por ende, la demanda de agua para esta edición de los Juegos Olímpicos es gigantesca, son 1,2 millones de metros cúbicos de nieve que se necesitan para cubrir algunos 800,000 metros cuadrados de área de competición.
El problema con el uso de nieve artificial es claro: el agua tratada con químicos impacta la biodiversidad, perturba la vegetación, interrumpe el crecimiento de las plantas y pone en peligro a los jugadores olímpicos. Los atletas se enfrentan a una superficie que podría causar lesiones más graves al caerse.
La frecuencia de condiciones injustas e inseguras ha aumentado en los últimos 50 años en las 21 ubicaciones anfitrionas de Juegos Olímpicos de Invierno (OWG), según se estipula en un artículo de investigación. Además, añade que solo una de estas ciudades tendrá un clima adecuado a finales de siglo si las emisiones de combustibles fósiles no se controlan. (pfm)
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