Los pioneros en la producción de pastas

Por revistamercado | febrero 19, 2019

LA PASTA ES UN ALIMENTO QUE HA ACOMpañado a la humanidad desde tiempos muy remotos. Ha pasado la prueba del tiempo hasta el punto en que, actualmente, sigue siendo un producto imprescindible en la dieta diaria.

Así lo demuestra la gran cantidad de marcas que se producen y comercializan en todo el mundo, así como la existencia de la Organización Internacional de la Pasta, una asociación sin fines de lucro dedicada al incremento de la conciencia sobre este alimento y su consumo, que educa a los consumidores sobre el valor nutritivo y los beneficios para la salud generados por este alimento.

Se definen con el nombre de pastas alimenticias todos aquellos productos obtenidos por desecación de una masa no fermentada elaborada con sémolas, semolinas o harinas procedente de trigo. Sobre el verdadero origen de este producto hay varias teorías, una de ellas responsabiliza al explorador Marco Polo de llevarla a Italia, en el siglo XIII, luego de uno de sus viajes a China, mientras que otras se remontan a los antiguos etruscos, quienes trituraban diversos cereales y los mezclaban con agua para su posterior cocción. Hay referencias de la antigua Roma que datan del siglo III A.C. sobre el consumo de unas tiras largas en forma de láminas, seguramente la antepasada de la lasaña, con testimonios de que ya en esa época existían utensilios que facilitaban su fabricación.

En el menú de marcas locales de pastas alimenticias destaca Milano, cuyos productos forman parte de las recetas que, por generaciones, han sentado a la mesa a varias generaciones de dominicanos. En su categoría, es el producto más antiguo, ya que su producción comenzó en la década de 1950 gracias a la iniciativa de la empresa estatal Molinos Dominicanos, que impulsó la popularidad del consumo de pastas en el país.

Décadas después, en 1998, el Grupo Malla fue
responsable de la capitalización de Molinos Dominicanos, pasando a llamarse la nueva empresa Molinos del Ozama e iniciando sus operaciones de manera formal en 1999.

El Grupo Malla fue adquirido en el 2002 por Molinos Modernos, una división de la Corporación Multi Inversiones, de Guatemala, en una operación que le permitió a la empresa incluir en la negociación las acciones privadas de Molinos del Ozama, salir de las fronteras de Centroamérica y posicionarse como líder regional de productos alimenticios derivados de cereales.

Milano no es la única marca local de pastas alimenticias.

Se fabrica desde hace décadas pero el mercado en República Dominicana tiene opciones que también gozan de la preferencia del consumidor.

Pastas del César es la línea de productos de la empresa César Iglesias, un consorcio con más de un siglo de historia. La demanda de su marca es tanta que, en 1999, César Iglesias inauguró dos líneas automáticas para la fabricación de pastas alimenticias en sus instalaciones de San Pedro de Macorís. Pastas Princesa es la línea de productos de esta categoría fabricada por el Grupo Bocel, un consorcio empresarial con más de seis décadas que tiene su sede principal en la ciudad de Santiago de los Caballeros.

Por tratarse de uno de los alimentos más versátiles en su preparación, con alto valor nutritivo y bajo costo para los consumidores, las pastas han ocupado siempre un lugar importante en la cadena alimenticia.

Los beneficios de consumir pastas son muchos, ya que es un producto bajo en grasas y sin colesterol, proporciona energía fácilmente aprovechable para el metabolismo y mantiene el nivel de glucemia, entre otros.

En todo este proceso de cambios y adquisiciones que va desde los años 50, cuando las pastas Milano comenzaron a ser fabricadas por Molinos Dominicanos, hasta llegar a nuestros días, la tradicional marca se ha mantenido en la dieta de cada familia dominicana de manera constante con las diferentes opciones que ofrece.

Sin lugar a dudas pastas Milano, a través de sus muchas décadas de vida, ha sido testigo de importantes cambios experimentados en los ámbitos social, político y económico del país. Ha podido permanecer en el gusto popular gracias a su calidad constante, porque ha sido una marca que, desde generaciones, se sienta en la mesa a compartir lo mejor de nuestras vidas. JRD

UNA HISTORIA CON MUCHAS SALSAS

1950

Molinos Dominicanos, empresa estatal fabricante de pastas alimenticias, lanza al mercado la marca Milano, y se convierte en la preferida de las mesas dominicanas.

1998

Grupo Malla interviene en la privatización de Molinos Dominicanos y pasa a llamarse Molinos del Ozama.

2002

Molinos Modernos, un importante consorcio de Guatemala, adquiere el Grupo Malla junto a las acciones privadas de Molinos del Ozama. Milano continúa, así, formando parte importante de su catálogo de productos.

DE MOLINOS DOMINICANOS A MOLINOS MODERNOS

Los orígenes de Molinos Modernos se remontan a 1936, en Guatemala, cuando Juan Bautista Gutiérrez y José Fanjul crean una sociedad para invertir en un molino de trigo, que fue la primera operación industrial de la Corporación Multi Inversiones, casa matriz de la reconocida empresa.

En el año 2000 el grupo extiende sus operaciones hacia el Caribe, gracias a la adquisición de Grupo Malla, quien tenía una importante participación en Molinos Dominicanos, llamándose desde entonces Molinos del Ozama.

De esta forma, la nueva empresa suma un molino de trigo y una fábrica de pastas, galletas y pan a sus activos.

Actualmente Molinos Modernos cubre las necesidades de toda la región a través de varios molinos, centros de distribución y comercialización ubicados estratégicamente en Centroamérica, República Dominicana y México.