Cuidar el agua y mejorar la vida de las comunidades. Son los ejes sobre los que pivotan las acciones del Fondo de Agua de Santo Domingo. «A 2022 ya hemos intervenido en casi 850 hectáreas», señala su directora ejecutiva, Patricia Abreu.
¿Cómo beneficia su actividad a las comunidades? «En dos direcciones», detalla Abreu en Mercado Interview. «Primero, estamos ayudando a restaurar esos ecosistemas que producen agua, creando cobertura boscosa». Un plano en el que también se garantiza la preservación de «la biodiversidad caribeña y de la isla» a través del sembrado de especies endémicas y nativas.
Pero además, «esos sistemas agroforestales constituyen una alternativa de vida amigable», que ayuda a las comunidades locales «a recibir o ingresos adicionales y así acceder a recursos que antes no accedían, como mejoramiento de vivienda, o acceso a salud y educación». De esta forma, «estamos ayudando a cerrar esa brecha de pobreza».
Así, los fondos de agua generan concienciación y empleos verdes, además de aumentar la seguridad hídrica. «Jugamos un rol clave para preservar los ecosistemas que producen agua», explica Abreu, «de manera que podamos garantizar que, real y efectivamente, pueda haber agua en cantidad, en calidad y en oportunidad«.
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