Un pionero que sigue acelerando. Santo Domingo Motors llega a su centenario con duros retos en el mercado automotor.
UNA HISTORIA de persistencia y duro trabajo tiene Santo Domingo Motors, que cumple 100 años compitiendo en el difícil sector automotor. En entrevista con revista Mercado, su presidente, Miguel Barletta, hace un repaso a la rica historia de la compañía y analiza las circunstancias que está viviendo su sector en la era del coronavirus.
¿Cómo se fundó Santo Domingo Motors hace 100 años?
Santo Domingo Motors fue fundado en 1920 por mi abuelo, Amadeo Barletta. Comenzó como uno de los primeros distribuidores de la marca Chevrolet, del fabricante General Motors, fuera del territorio estadounidense. Somos pioneros del sector automotor dominicano con 100 años de experiencia importando, distribuyendo y comercializando cuatro de las marcas de vehículos más reconocidas mundialmente: Chevrolet, Nissan, Suzuki e Infiniti; así como las motocicletas Yamaha.
Nos llena de orgullo formar parte del desarrollo del sector, contribuyendo a facilitar la movilidad de los dominicanos. Hoy en día Santo Domingo Motors representa alrededor del 20 % de la venta de vehículos nuevos en el país, lo que marca nuestra presencia y evidencia el respaldo del consumidor.
¿Cómo fue su evolución a lo largo de las décadas? Ha sido un camino largo, sin duda. Comenzando por la fundación de una compañía que en su primer año de operaciones vendió tan solo tres carros. En República Dominicana no había calles, ni carreteras, ni estaciones de combustible. Aun así mi abuelo tuvo la visión de poner en marcha este negocio. Más tarde, por situaciones políticas mi abuelo llega a Cuba, en donde iniciamos Ambar Motors, representando varias marcas del fabricante General Motors, tales como Chevrolet, Cadillac, Oldsmobile y Opel. En Cuba también contábamos con una operación de ensamblaje local de camiones Chevrolet y Opel. En 1958, Cuba se convirtió en el mayor mercado de Cadillac fuera de Estados Unidos. Para los años 60 regresamos a Santo Domingo y en el 1965 adquirimos la distribución de Nissan para República Dominicana, Puerto Rico y gran parte del Caribe. A finales de esa década es cuando se inicia la construcción de la sede principal. En 1969 fundamos Motor Plan, administradora de las franquicias de alquiler de vehículos National, Alamo y Enterprise, y más tarde, en el 1972 se inició Motor Crédito, para otorgar facilidades de financiamiento a vehículos.
¿Cuál ha sido el momento más difícil en estos 100 años? Durante estos 100 años nos ha tocado vivir muchas adversidades y tiempos turbulentos, pero son precisamente esas experiencias las que nos ayudan a crecer y nos fortalecen. El primer momento de dificultad que la empresa vivió fue el ciclón San Zenón, en 1930. Seguramente habrán visto aquella famosa fotografía de cómo quedó la sede Santo Domingo Motors, totalmente destruida. Luego las restricciones comerciales durante la dictadura de Trujillo y hoy en día esta difícil situación que ha generado la pandemia del covid-19, la cual se suma a una caída sostenida que viene sufriendo el mercado de vehículos nuevos desde hace 10 años y que para este 2020 se estima llegue a su punto histórico más bajo, con una proyección de menos de 15,000 unidades y una situación donde la proporción de importación de vehículos usados versus nuevos se ha multiplicado en los últimos 16 años, de una relación de 1 a 1, a 4.7 vehículos usados por cada nuevo que entra al país. Solo para que tengamos una idea de comparación, y a partir de mi experiencia regional en el sector, Puerto Rico, con un tercio de la población de Republica Dominicana, comercializa anualmente más de 100,000 vehículos nuevos.
¿Qué tan afectado se ha visto el mercado automotor por la crisis del coronavirus? La crisis mundial, causada por la pandemia covid-19, ha generado un panorama preocupante. Primero debimos hacer frente a nuestros compromisos legales, laborales y financieros sin producir ingreso alguno desde marzo hasta junio. Luego de la reapertura, la realidad es que ha disminuido la venta de vehículos nuevos, situación que tiene y tendrá un impacto directo en la economía dominicana, pues, el sector automotor es uno de los de mayor carga impositiva, representando uno de los principales pilares económicos del país por su contribución fiscal y que emplea a más de 4,000 personas de manera directa y superando las 18,000 de forma indirecta. Por ello entendemos que se hace urgente recuperar el sector de importación de vehículos nuevos mediante la aplicación de normas que permitan corregir las actuales distorsiones en las importaciones de autos usados, así como también a través de un plan de nivelación tributaria. Medidas como estas no solo fortalecerán al sector, sino también aumentarían las recaudaciones del estado y beneficiarían a los consumidores.
¿La demanda por vehículos eléctricos es una tendencia que empieza a notarse en el mercado dominicano? Sí, hay un nicho que se está desarrollando en ese sentido. Sin embargo, entendemos que hay puntos importantes que deben atenderse hoy para que los esfuerzos no se queden en tendencia y pasen a ser realidad. Comenzando porque el costo de un vehículo eléctrico nuevo es entre 35 % y 40 % más elevado que un vehículo de combustión. Ese es el primer obstáculo y para ello se hacen necesarios incentivos de parte del gobiernos. Por otro lado, hay que continuar robusteciendo la red de cargadores para que la movilidad eléctrica se desarrolle de manera eficiente. También, hay que poner atención a la infraestructura de las redes de distribución eléctricas, pues un reciente estudio del INTEC reveló que las redes no se encuentran en la capacidad de abastecer una potencial demanda masiva producida por los vehículos eléctricos.
Recientemente el presidente Abinader sorprendió al seleccionar un carro eléctrico como vehículo oficial durante la toma de posesión, y con ello esperaríamos que se abra un proceso de diálogo para la acción, que permita un abordaje integral que corrija las graves distorsiones del mercado, identificando un plan que permita, a su vez, promover una pronta recuperación del sector. ¿Está en carpeta la incorporación de una marca nueva al portafolio de Santo Domingo Motors? Marcas específicas por ahora no. Sin embargo, siempre estamos pendientes de oportunidades que se puedan presentar en el mercado.
En Santo Domingo Motors contantemente nos mantenemos trabajando para actualizar nuestro portafolio de productos y servicios con el fin de ofrecer una experiencia integral a nuestros clientes. Invertimos en tecnología y entrenamiento para nuestros colaboradores con el fin de asegurar nuestro objetivo final: la satisfacción del cliente.
¿Está en preparación algún nuevo proyecto de desarrollo inmobiliario? En enero anunciamos la construcción del complejo turístico Santiago Center. Esto se hará en sociedad con Grupo CCN. Se trata de un proyecto de uso mixto urbano, compuesto por un hotel, unos salones de reuniones y un área comercial, con una inversión inicial que supera los 100 millones de dólares, siendo la mayor inversión realizada en esta provincia en los últimos 15 años. El proyecto se levantará en la intersección de las avenidas Estrella Sadhalá con Juan Pablo Duarte ocupando un terreno de aproximadamente 37 mil metros en el mismo centro de la ciudad corazón.
Si pudiera seleccionar una, ¿cuál ha sido la decisión estratégica más importante en los 100 años de la compañía? A lo largo de nuestros 100 años, sin dudas hemos tomado decisiones importantes que nos han impactado. No obstante, las más importantes son las que tomamos cada día con nuestro talentoso equipo humano, garantizando un ambiente de trabajo seguro y saludable, invirtiendo en programas de capacitación y desarrollo, y procurando siempre velar por el bienestar de todos.
¿Cómo visualiza la compañía dentro de una década? Ampliando nuestro portafolio de productos y servicios para continuar haciendo una realidad nuestro propósito como empresa: facilitar y mejorar la movilidad de las personas en cada etapa de sus vidas, permitiendo que la gente avance, creando experiencias memorables. Asimismo, quisiera que Santo Domingo Motors continúe siendo un propulsor de la inclusión, los buenos valores y el compromiso, con miras a extender y multiplicar este mensaje a las generaciones futuras.
¿Y cómo le gustaría que le recordaran a usted, su presidente? Quisiera que todos me recuerden como parte de un gran legado que ha venido construyéndose desde hace 100 años, y que, próximamente, iniciará con un nuevo siglo de historias que contar y múltiples caminos que recorrer. Sería de gran satisfacción ser recordado como una pieza fundamental en el forjamiento de una visión que puso en movimiento al país y que desde ese momento no ha parado de creer en su gente y en la capacidad transformadora de hacer los sueños una realidad.
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