La opinión pública americana se ha medido y condena abiertamente a Trump y sus acciones. En una encuesta de CBS News publicada ayer, el 56% de los encuestados dijo que apoyaba la condena. En una encuesta de ABC / Ipsos, el 56% dijo que debería ser condenado y excluido de su cargo. Gallup descubrió que las personas estaban a favor de la condena por un margen del 52 al 45% , lo que se acerca al promedio de todas las encuestas recientes .
El impeachment ha iniciado con una estadística bastante inesperada. Tal parece que hace unos días el descontento hacia el expresidente Donald Trump era de una mayoría significativa, reduciéndose a una proporción casi equitativa entre los votos en contra y a favor. Sí, con 44 votos en contra y 56 a favor, quedó aprobada la constitucionalidad del impeachment.
Esta votación llama la atención, por ser un termómetro que aproxima a la posible absolución de todos los cargos, ya que para condenar a Trump se necesitarían 67 votos, al menos 17 de ellos de republicanos. En esta ronda, el senador republicano Bill Cassidy fue el único que se unió a sus colegas Ben Sasse, Susan Collins, Lisa Murkowski, Mitt Romney y Pat Toomey en votar con el bloque demócrata a favor de la legalidad del proceso.
El juicio político se retomará el próximo miércoles, en el que se iniciarán los argumentos de los fiscales y la defensa de Trump.
EVASIÓN DE LA CONDENA. Se espera que el juicio político se desarrolle rápido con un posible final libre de cargos la próxima semana, teniendo en consideración que para la condena hace falta más de la mitad del senado más 17 que sean republicanos que lo aprueben.
Los 100 senadores servirán de jurado del impeachment como se conoce en Estados Unidos y serán los encargados de valorar la acusación de «incitación a la insurrección» contra Trump por la irrupción de sus seguidores en el Capitolio, hecho que dejó 5 muertos.
En la última sesión los senadores libraron un debate acerca de las normativas bajo las que se desarrollará el juicio y su constitucionalidad, algo que ha despertado las reservas de los conservadores al considerar que no se puede procesar políticamente a un presidente que ya abandonó la Casa Blanca.
DEBATE HISTÓRICO. Numerosos expertos en la Constitución han opinado que el proceso es legítimo incluso si ya no puede resultar en la destitución de Trump, porque evalúa hechos que se produjeron cuando él todavía era presidente.
Este proceso pasará a la historia en dos sentidos: porque convertió a Trump en el primer presidente estadounidense que afronta dos juicios políticos, tras el celebrado hace un año por sus presiones a Ucrania, y porque nunca antes se había sometido a un impeachment a un mandatario cuando ya no está en el poder.
