Una estrella se despide del club que lo ha añorado por tantos años; una leyenda se despide de compañeros que han formado parte de sus victorias y camino hacia el éxito… el increíble Lionel Messi no se encontraba preparado para abandonar su ‘casa’ tan prontamente, mucho menos en la forma que se desarrolló la decisión. «La Pulga» anuncia entre lágrimas su salida del FC Barcelona, club de fútbol al cual ha pertenecido durante décadas.
«El año pasado, cuando se armó el lío del burofax, estaba preparado, sabía lo que tenía que decir. Pero este año no. Estábamos convencidos de que íbamos a seguir aquí, en casa, era lo que más queríamos. Siempre sobrepusimos nuestro bienestar, estar en nuestra casa y disfrutando de esta vida en Barcelona, que es maravillosa», confiesa el jugador.
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El ya antiguo delantero del Barça compareció en el Auditorio 1899 del Camp Nou acompañado de sus esposa Antonella Roccuzzo y de sus hijos Thiago, Mateo y Cio, de la primera plantilla y de excapitanes con los que compartió vestuario como Xavi o Puyol. También presente estuvo el presidente del club, Joan Laporta, quien días atrás, en el mismo escenario, explicaba que no podía retener a Messi por problemas «económicos y estructurales» que hacía inviable su inscripción en La Liga.
«Hoy me toca despedirme de esto. Son muchos años acá, llegué siendo muy chiquito, con 13 años, y después de 21 años me voy con mi mujer y mis tres hijos catalano-argentinos. Esta es nuestra casa».
Tras sus declaraciones, el internacional argentino seguró, tal como Laporta, que el contrato para renovar por el Barcelona por cinco temporadas estaba hecho y solo faltaba la firma: «Yo me había bajado el 50% de mi ficha, habíamos cerrado el contrato. No había nada más. Se han dicho mentiras. Hice todo lo posible por quedarme».
Aunque jamás pensó en cómo sería su despedida, a Messi le hubiera gustado marcharse del club «de otra manera» y no de forma tan inesperada y sin la posibilidad de hacerlo en el terreno de juego y con la camiseta azulgrana.
«Extrañé mucho a los hinchas durante la pandemia, quería escuchar una última ovación con mi nombre. Si lo hubiera imaginado sería con el estadio lleno y pudiéndome despedir bien, pero se dio así y quiero agradecer todo el cariño de estos años», afirma.
A sus 34 años, el crack todavía no sabe cual será su próximo destino, quiere seguir jugando «hasta que se dé» y seguir levantando títulos antes de regresar a vivir a Barcelona. Anhela poder regresar al club a como de cabida, sin embargo, hasta que se cumplan los sueños, el FC Barcelona se queda huérfano de su hombre récord, de su gran ídolo, de su futbolista más destacado en sus casi 122 años de historia, de su número 10.
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