Relevo total del poder en República Dominicana

Por revistamercado | noviembre 8, 2020

Hay un nuevo presidente de la República, el cargo más importante del país, de elección popular. Y hay renovación en los puestos de mando del poder ejecutivo, lo que incluye ministros, directores, supervisores y altos oficiales. Cambiaron también el Senado y la Cámara de Diputados, instituciones paradigmáticas del poder legislativo.

Esto implica que el escenario del poder tiene un giro importante, porque los personajes que un año atrás lo representaban, ya no lo son. El símbolo de poder máximo del país es Luis Abinader, quien desde este mes ocupa la posición que durante ocho años desempeñó Danilo Medina. Junto a Abinader, en el panorama de los poderosos hay nuevas caras en los ministerios, como Lisandro Macarrulla en el de la Presidencia; José Ignacio Paliza, en el Administrativo de la Presidencia; Jochi Vicente, en Hacienda; Miguel Ceara, en Economía, Planificación y Desarrollo; Antonio Almonte, en Energía y Minas, David Collado, en Turismo; Deligne Ascención, en Obras Públicas, y Plutarco Arias, en Salud Pública. Son también nuevas fichas en el círculo del poder el superintendente de Bancos, Alejandro Fernández, y el asesor económico del Poder Ejecutivo, Pedro Silverio Álvarez.

Se deben incluir, de igual forma, a los directores de instituciones clave para el aparato fiscal como los de Impuestos Internos, Luis Valdez, y de Aduanas, Eduardo Sanz. Consideración aparte merece el único que, por ahora, mantiene su condición de fuente de poder sobre la economía: el gobernador del Banco Central, Héctor Valdez Albizu, quien inicia su año 23 en ese cargo y el decimoséptimo consecutivo. Único sobreviviente del círculo de Medina, fue ratificado en su alta responsabilidad, para que siga conduciendo las políticas monetaria y cambiaria mientras la crisis del coronavirus esté condicionando la evolución de la economía dominicana.

El nuevo equipo en el poder no solo tiene el reto de responder a la expectativa que ha creado su llegada al Gobierno, sino que está ante la encrucijada en que la pandemia del covid-19 colocó al país: reactivar la economía y contener el virus. Son dos tareas en las que muchos países han dado pasos en falso, porque al apurar la primera se dispara la segunda. Para esa labor, que no dá espera, se requiere poder.

El nuevo Gobierno lo ha recibido del voto popular y debe ejercerlo con la honestidad que ha ofrecido y con la creatividad que la coyuntura exige. Requerirá de un socio ideal, al que debe atraer a empujar en la misma dirección: la empresa privada.

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