Sororidad, la necesaria unión femenina

Por Karime Rivas | marzo 8, 2021

El fallecimiento de Ruth Bader Ginsburg, férrea defensora de los derechos de la mujer y quien fuese la segunda fémina en formar parte de la Suprema Corte de Justicia de EE. UU., representó un momento de tristeza y confusión. Despertó en muchas mujeres el deseo de que su legado se perpetúe, con la intención de que se mantenga como punta de lanza en la labranza de nuevos logros feministas.

En su caminar mostró una valentía y coraje especiales, indispensables a lo largo de nuestra historia reciente para poder deshacer el determinismo sexista que siempre ha acechado a nuestros destinos.

Ayer República Dominicana fue testigo de un pronunciamiento femenino, que llevaba años sin suceder; plantaron cara al Congreso Nacional, para exigir la despenalización del aborto con la inclusión de las tres cáusales del aborto en el Código Penal Dominicano.

Así, muchos fuimos testigos del enfrentamiento que se da entre diferentes sectores a raíz de la exigencia de la despenalización del aborto y la posibilidad, de cada mujer, de decidir sobre su vida y su cuerpo.

Yulianna Ramon, abogada y fundadora de Vox Mujer, escribió para Revista Mercado, «Cada una de mis libertades se las debo a una mujer. Cada uno de mis derechos son el legado de una mujer aguerrida que me antecedió y no se conformó con las limitaciones que le imponía la sociedad que le vio nacer. El derecho a ejercer el voto y la posibilidad de trabajar, por citar algunos, son derechos tan básicos que parecen inherentes al ser humano, pero en realidad son conquistas relativamente recientes para la mujer».

Se le atribuye a la académica y antropóloga mexicana Marcela Lagarde el haber acuñado por primera vez el término de sororidad para la región latinoamericana. Para Lagarde, la sororidad es una respuesta que conduce a la búsqueda de relaciones positivas y a la alianza existencial y política entre mujeres, para contribuir a la eliminación social de todas las formas de opresión y, mediante el apoyo mutuo, lograr el poderío genérico y el empoderamiento de todas.

Sororidad es un término de incorporación reciente al diccionario de la Real Academia Española y, conforme a la definición allí provista, se refiere a una “amistad o afecto entre mujeres. Relación de solidaridad entre las mujeres, especialmente en la lucha por su empoderamiento”.

Definir este término es mucho más complejo, que hablar de una simple amistad entre mujeres. Debemos referirnos necesariamente a la complicidad que permea las relaciones de apoyo que se han tejido entre mujeres en un mundo patriarcal y que han conquistado los avances que a la fecha pueden reconocerse en la lucha por la igualdad. Al final, se hace necesario reconocer que la sororidad no es más que el refugio ante las injusticias de género. Más aún, la sororidad implica no solo un sentimiento de unión y afecto, es sobretodo un llamado a la acción.

«Como mujeres, resulta fundamental celebrarnos, apoyarnos y asumir los logros de cada una como logros de la colectividad», escribe Yulianna. Ante este reconocimiento, la pregunta que se impone es la siguiente: ¿Se puede alcanzar la sororidad o es esta un sueño utópico? Es común escuchar que las mujeres se sienten juzgadas con mayor ahínco por las mismas mujeres. No es extraña la percepción de que las mujeres que han alcanzado posiciones de influencia esperan de sus sucesoras sacrificios similares o superiores a los que estas tuvieron que hacer.

No obstante, debemos reconocer que esas actitudes se enmarcan en los condicionamientos sociales a los que nos enfrentamos. Apostar por un futuro sororo, parte del reconocimiento de nuestra vulnerabilidad y, a partir de este reconocimiento, se gesta un sentimiento de pertenencia que da pie, a su vez, a la empatía, el apoyo y la solidaridad.

Cuando tengamos dudas sobre cómo mejoraremos las condiciones sociales, políticas y económicas de las mujeres, la respuesta indefectible será que mejorarán en la misma medida en la que más mujeres accedan a posiciones de liderazgo político. Asimismo, cuando nos preguntemos sobre las vías para lograr mayor equidad en el mercado laboral, tendremos que reconocer que esos caminos serán construidos mediante la posibilidad de contar con un mayor número de mujeres en posiciones de control y toma de decisiones dentro de las empresas. Siendo esto así, cuando nos cuestionemos sobre cómo lograremos que las mujeres ocupen estos puestos, la respuesta deberá siempre ser: apoyando férreamente a todas y cada una de aquellas que se atreven a lanzarse a conquistarlos porque la sororidad es la encarnación de la sinergia que se deriva del saber que todas podemos y debemos abrirnos puertas unas a las otras.

Esta sororidad, podría ser sin duda, el ingrediente necesario para esta batalla que se abre campo ahora en República Dominicana por la posibilidad de elegir sobre la salud y el cuerpo. El Movimiento Vida Sin Violencia (MOVIDA), presentó cifras actuales que dibujan la realidad de las mujeres dominicanas que aún viven situaciones de desigualdad e injusticia.

En el período 2005 hasta noviembre del 2019 se registraron 1,295 casos de feminicidios íntimos. Estas estadísticas están limitadas por no dar cuenta de todo tipo de feminicidios. La participación económica de la mujer es muy desigual pues se estima que al 2017 la tasa de participación global de las mujeres en el mercado laboral era de 49%, mientras que en los hombres es del 76%. (Profamilia, CEG-INTEC, enero 2019).

Otras debilidades son la alta tasa de embarazos en mujeres menores de edad, la no despenalización del aborto por causales, la alta tasa de mortalidad materna que es mayor del promedio de 104 casos por cada 100,000 nacidos vivos en el año 2018 en el Sistema Nacional Epidemiológica da MSP, para el 2019 fue de 173 y en el 2020 se incrementó  a 208, fruto del COVID-2019, según el  Viceministerio de Salud Colectiva (MSP). Y la cifra en las adolescentes, no es más alentadora, pues 1 de cada cinco (20%) es madre o ha estado embarazada. ONE, 2015 y En-Hogar 2014).

Por el momento, y en el marco de la celebración del Día Internacional de la Mujer, queremos unirnos en sororidad a aquellas que están creando un escenario más justo y saludable, para el desarrollo igualitario.

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