Welcome Joe

Por revistamercado | febrero 10, 2021

Biden abrió su interlocución del único modo que cabía: con una celebración de la democracia que salió vencedora del asalto al Congreso.

En los tiempos de su vicepresidencia con Obama, Joe Biden empezó a tejer sinceras, amigables y constructivas relaciones con países centroamericanos donde él pensaba podía, a la larga, marcar una diferencia. Lo logró ya entonces al conseguir que el Congreso aprobara un paquete de ayudas de US$750 millones. Biden, hoy ya presidente, piensa retomar aquella senda de la seducción, lejos del estilo avasallador de Trump, cercano de la doctrina Monroe, y hacerlo con un claro set de prioridades.

El blueprint de Biden para América Latina va a articularse entorno a los siguientes ejes: combatir la corrupción, el cambio climático y fomentar las inversiones. Es decir, crear las condiciones de vida necesarias en los países que hoy son emisores natos de inmigración ilegal hacia el norte, para que la gente decida seguir con sus vidas donde nacieron, y que lo hagan en armonía con la naturaleza y de forma sostenible, generando economías basadas en modelos de desarrollo green.

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El affair de Biden Latinoamérica viene de profundo; citadas en el New York Times, sus memorias, “Promise Me, Dad”, ya dan cuenta del nexo emocional que siempre ha tenido con el mundo latino; “De todos los lugares en crisis en el mundo, llegué a creer que Centroamérica tenía la mejor oportunidad”, escribió Biden. Ahora es el momento de demostrarlo. Según apunta la página de campaña Biden-Harris, el “Plan Biden para construir seguridad y prosperidad en América Central” considera que Centroamérica puede convertirse en “la próxima gran historia de éxito del hemisferio occidental”.

AL igual que plantea hacer en sus relaciones con los vecinos del sur, Biden quiere alejarse del legado económico de su antecesor revirtiendo, en primerísimo lugar, la reforma fiscal de Trump, fomentando planes de estímulo económico y aumentando al mismo tiempo las inversiones en tecnología y renovables. Biden está dispuesto a negociar el paquete de estímulo de 1.9 billones de dólares para lograr su aprobación en el Congreso, después de que algunos legisladores lo hayan rechazado por considerarlo muy caro. Biden aspira a lograr una reactivación económica y la recuperación ante los efectos de la pandemia del coronavirus; “el tiempo es esencial” para hacer que avance el plan de estímulo en el Congreso y lograr un apoyo bipartidista. El presidente apunta en concreto a los requisitos para acceder al cheque de estímulo de 1,400 dólares a las familias que incluye el plan, y que los legisladores han dicho que debería de enfocarse en los sectores más necesitados.

El paquete de estímulo aprobado en diciembre incluía un cheque de 600 dólares por contribuyente, pero se limitó a quienes ganaban menos de 75,000 dólares al año o parejas con una renta conjunta de 150,000. La propuesta de Biden incluye también partidas para reforzar las ayudas al desempleo, fondos adicionales para la distribución de las vacunas y aumentar el salario mínimo federal a 15 dólares por hora, entre otras cosas. Biden firmó igualmente un decreto para impulsar las compras por parte del Gobierno federal de productos estadounidenses, dentro del plan de reconstrucción del país por la crisis del coronavirus.

PLAN FEDERAL DE COMPRAS POR US$600 MIL MILLONES

El plan instruye a las agencias federales que adquieran bienes y servicios de empresas y trabajadores estadounidenses, un volumen de negocio calculado en 600,000 millones anualmente. La medida, responde a una promesa de campaña de diseñar un plan para favorecer a la industria local.

“OBLIGACIÓN MORAL E IMPERATIVO ECONÓMICO”

La primera orden ejecutiva está destinada a ampliar la asistencia federal en programas de cupones de alimentos para las familias de bajos recursos y acelerar la distribución de las transferencias directas. Pretende aumentar el salario mínimo a 15 dólares la hora, desde los actuales 7.25 dólares.

POLÍTICA FISCAL

Biden propone elevar del 21 % al 28 % el impuesto sobre sociedades –con un tipo mínimo efectivo del 15 %–. Aun así, no regresaría al tipo del 35 % que había en el mandato de Obama. El candidato demócrata también plantea subidas en el impuesto de la renta para los salarios más altos y en el impuesto de sucesiones.

Sin vacunas no hay recuperación. La Administración del presidente de EE.UU., Joe Biden, señala el suministro de la vacuna como uno de los retos que se deberán superar cuanto antes para alcanzar la meta de 100 millones de dosis administradas en los primeros 100 días de Gobierno del líder demócrata. El jefe de gabinete de la Casa Blanca, Ron Klain, llamó la atención sobre la ausencia de un plan de distribución de dosis por parte de la pasada Administración de Donald Trump.

“El proceso para distribuir la vacuna, particularmente fuera de los asilos de ancianos y hospitales, en la comunidad en su conjunto, no existía realmente cuando llegamos a la Casa Blanca”, advirtió el funcionario en una entrevista con el programa “Meet the Press”, de la cadena NBC News.

Y es que la forma en que la gente se vacuna es “caótica y muy limitada” según reconocen funcionarios de salud; llevar las dosis a los estadounidenses “es un proceso difícil, ahí es donde estamos atrasados como país”. La Administración Biden pretende eliminar muchos cuellos de botella, como en todos los procesos complejos, apropiándose del problema y trabajarán en colaboración con los estados, a diferencia de cómo lo hizo la anterior Administración.

“Vamos a establecer estos centros federales de vacunación para asegurarnos de que en los estados que no tienen suficientes lugares de vacunación, nosotros llenemos esos vacíos”. Se confía en que para fines de marzo la producción haya “aumentado dramáticamente” y dispongan de más suministro del que tienen ahora.

BUSCAN presidente verde; una carta firmada por 153 líderes mundiales y publicada el 24 de enero en el New York Times alienta al demócrata Joe Biden, como nuevo inquilino de la Casa Blanca, a convertirse en el “presidente climático” ejerciendo su “liderazgo audaz” en medio de la actual “urgencia” ambiental.

“Puede transformar los sistemas energéticos del mundo de combustibles fósiles a energía limpia, al mismo tiempo que crea una abundancia de empleos, reduce la contaminación y aborda la desigualdad económica, racial y de salud en el proceso”, escribieron.

Los firmantes son funcionarios públicos, directivos empresariales, activistas de organizaciones ambientalistas y otras figuras públicas. “Puede ser recordado como el ‘presidente climático’ que salvó a la humanidad cuando estaba al borde del precipicio”, señalan en un anuncio de página entera en el NYT.

La carta llega después de que Biden tomara una serie de acciones en su primer día en el cargo, incluida la reincorporación al acuerdo climático de París, destinado a restablecer el liderazgo climático estadounidense y avanzar en la transición del país a una economía de energía limpia. Biden revirtió la decisión del expresidente republicano Donald Trump de sacar Estados Unidos, el segundo país que más contamina el planeta, del Acuerdo de París contra el cambio climático. Los firmantes de la carta celebran que al reincorporarse al Acuerdo de París desde el primer día, el demócrata “ha movido a Estados Unidos en la dirección correcta.

El enviado de Estados Unidos para cuestiones climáticas, John Kerry, prometió invertir en la lucha contra el cambio climático para cumplir con la “obligación moral con las futuras generaciones” y con el planeta, y se disculpó por “la ausencia” de su país durante los últimos cuatro años de los compromisos climáticos.

“Hace tres años, los científicos nos dieron una alerta temprana: dijeron que teníamos 12 años para evitar las peores consecuencias del cambio climático. Ahora solo nos quedan nueve años y lamento que mi país haya estado ausente durante tres de ellos”.

Durante un discurso ante los líderes mundiales que participan en la Cumbre de Adaptación Climática (CAS), en La Haya, Kerry subrayó que el mundo ha alcanzado “un punto en el que es un hecho absoluto que es más barato invertir en prevenir los desastres o minimizarlos al menos, que limpiar sus consecuencias”.

Para Kerry la mejor adaptación (al cambio climático) es tratar esta crisis como la emergencia que es y hacer más para frenar la subida de las temperaturas”, enfocándose hacia los 1.5 grados establecidos en el Acuerdo de París.