¿Cómo manejar ataques de ira?

Por | abril 27, 2021

La ira es una alteración del ánimo que suele provocar indignación con deseos de venganza. Aunque para algunos es posible retraer las emociones causadas por este sin expresarlo, para otros es todo lo contrario, llegando a manifestarlo con gritos, insultos y en el peor de los casos, agresiones físicas.

Esta emoción aumenta las hormonas relacionadas con el estrés, que a su vez afectan el sistema cardiovascular, elevando la frecuencia cardiaca, la tensión arterial, aumentando las probabilidades de que se formen trombos, se produzca un infarto de miocardio, aumento en la tensión muscular y de la secreción de adrenalina, corriendo riesgos de padecer enfermedades cardiovasculares e ictus cerebrales.

Cuando la ira es un ataque intermitente

Pero, ¿qué sucede cuando el enfado se vuelve un ataque intermitente? Las manifestaciones de rabia e ira descontrolada son diagnosticadas como “Trastorno Explosivo Intermitente (TEI)”.

Este trastorno catalogado como crónico, puede desencadenar en berrinches temperamentales y acciones como: violencia intrafamiliar, romper objetos, arrebatos intermitentes y explosivos, que pueden ocurrir acompañados de sensaciones de irritabilidad.

Los episodios pueden ocurrir de manera frecuente o con semanas y meses de diferencia. Posteriormente, el individuo puede presentar situaciones de cansancio o alivio y sentimientos de vergüenza, arrepentimiento, o remordimiento.

Al igual que en otros trastornos de la conducta, se desconocen las causas o factores de riesgo del Trastorno Explosivo Intermitente, sin embargo, se ha determinado que las personas que en la niñez fueron sometidas al maltrato físico, son más propensas a padecer este tipo de trastorno.

Para evitar cualquiera de esos episodios es importante aprender a gestionar la ira, por lo que expertos de la salud recomiendan acciones como:

  • Pensar antes de hablar, organizando las ideas para evitar utilizar palabras hirientes y desencadenar efectos adversos que compliquen el sentimiento y la situación en cuestión
  • Expresar la inconformidad de manera
    clara, asertiva y calmada
  • Realizar actividades físicas como caminar y correr, para reducir el estrés
  • Practicar técnicas de relajación; tomarse un ‘tiempo fuera’
    para reflexionar
  • Buscar ayuda profesional cuando el sentimiento se torne incontrolable