Cáncer de colon: ¿qué papel juega la alimentación?

Por | agosto 21, 2022

El cáncer de colon suele afectar a los adultos mayores, aunque puede aparecer a cualquier edad. Por lo general, nace en forma de grupos pequeños y no cancerosos (benignos) de células llamados pólipos que se forman en el interior del colon. Con el tiempo, algunos de ellos pueden derivar en cáncer.

Según las conclusiones de las investigaciones lidera por el profesor Tim J. Key, aquellos afectados que ingerían 76 gramos de carne roja procesada al día, equivalente a lo que lleva una hamburguesa, tenían un 20 % más de probabilidades de desarrollar cáncer colorrectal que los que comían un tercio de esas cantidades. Un riesgo que aumentaba un 20% por cada 25 gramos de carne procesada (salchichas, panceta, tocino…).

Es decir, una pequeña cantidad de carne procesada parece tener el mismo efecto carcinógeno que una gran cantidad de carne roja.

«Nuestros resultados concluyen que las personas que comen carne roja y procesada cuatro o más veces a la semana tienen un mayor riesgo de desarrollar cáncer de intestino que las que la comen menos de dos veces por semana», añadió el doctor Key.

¿Qué dice la OMS?

Una advertencia que la Organización Mundial de la Salud ya había lanzado en 2015, cuando llegó a comparar la carne procesada con los daños que pueden ocasiones el humo del tabaco, el alcohol, el plutonio o el aire contaminado. Para un individuo, el riesgo de desarrollar cáncer colorrectal por su consumo de carne procesada sigue siendo pequeño, pero este riesgo aumenta con la cantidad de carne consumida.

La Agencia Nacional de Seguridad Alimentaria (ANSES) confirma la asociación. Para los investigadores, se debe a los nitratos y nitritos. La industria charcutera utiliza estos compuestos para prolongar la conservación de sus productos y prevenir el desarrollo de bacterias patógenas que pueden provocar enfermedades como el botulismo, la listeria o la salmonelosis.

Consejos para reducir el riesgo

Por ello, la agencia aconseja que con la reducción de nitritos y nitratos se deben tomar medidas como acortar la fecha de caducidad, para que sean consumidos antes y no tener que introducir aditivos conservantes. También el control del contenido de sal, reposo y curación de alimentos como el jamón.

Además, la agencia francesa pide que se modifiquen algunas prácticas agrícolas como la aplicación de fertilizantes y el vertido de purines. Estas contaminan con nitratos las capas del subsuelo de las que sale el agua para beber.

Conviene tener en cuenta que más de la mitad de los nitritos ingeridos por la población proceden del consumo de carne procesada y dos tercios de los nitratos, del de productos vegetales, en particular hortalizas en las que se come la hoja, como la espinaca.

¿Cómo prevenir el cáncer de colon?

Alimentarse un alto contenido de frutas, verduras y comidas integrales reduce el riesgo de cáncer colorrectal. Limitar las carnes rojas y procesadas y comer más frutas y verduras podría ayudar.

¿Y los embutidos? Para muchos son, por excelencia, uno de los productos más representativos de la industria cárnica. La variedad es extensa y, con frecuencia, forman parte de la alimentación diaria. Sin embargo, y aunque se incluyen dentro de la dieta mediterránea, la mayoría de estos productos son carnes procesadas y contienen un alto porcentaje de sal, grasas saturadas y aditivos. Así, se recomienda que su consumo sea ocasional.

La Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) elaboró un estudio sobre los distintos tipos de embutidos y fiambres para determinar cuáles serían los más beneficiosos. La OCU recomienda escoger embutidos como el jamón cocido, la pechuga de pavo o de pollo por su menor contenido en grasa, «aunque su contenido de sal es alto».

No obstante, la organización destaca que hay alternativas con niveles de sal reducidos. En este sentido, añadió que el chorizo es uno de los productos «con mayor contenido en grasa», mientras que los curados «tienen un elevado contenido en sal».