A lo largo de los años, la ciencia médica ha continuado en su incesante búsqueda de tratamientos que contrarresten los efectos de enfermedades o su erradicación total, por lo que ha dado pasos importantes que han contribuido a mejorar la calidad de vida de las personas. Tal es el caso, de investigaciones que han evidenciado que en las profundidades oceánicas habitan numerosas criaturas que, en su interior, ostentan sustancias que son muy valiosas para la industria biomédica.
Especialmente, existe una especie en la fauna marina que se ha convertido en un tesoro por sus bondades en materia de medicina llamada el cangrejo herradura o científicamente “Limulus polyphemus”.
Los cangrejos herradura son criaturas extraordinariamente singulares, y una de sus características más notables es la sangre azul (rica en cobre), que corre por sus venas. Han sobrevivido durante más de 450 millones de años, lo que los hace fósiles vivientes. Este líquido excepcionalmente costoso, ha alcanzado hasta los 60 mil dólares por galón, según indica el medio digital estadounidense ‘Insider Business’. Esta cifra puede parecer exagerada, pero su importancia radica en la capacidad que tiene para salvar vidas.
Su sangre azul contiene una proteína llamada hemocianina, que cumple la función de transportar oxígeno, de manera similar a la hemoglobina en la sangre humana.
En adición a esto, la preciada sustancia es especial por su componente conocido como Limulus amebocyte o agente de coagulación, “lisado de amebocito limulus” (LAL), que se utiliza para detectar bacterias gramnegativas (endotoxinas), en productos farmacéuticos inyectables para seres humanos. Además, se descubrió que esta sangre azul se oscurece al entrar en contacto con bacterias peligrosas como la salmonella, lo que condujo a investigaciones más profundas sobre el cangrejo herradura.
Sus usos en la ciencia de la salud
Varias investigaciones han revelado que esta sangre valiosa contiene un péptido altamente efectivo en la lucha contra el virus del VIH, siendo tan eficaz como algunos antirretrovirales convencionales al inhibir la replicación del virus en el sistema inmunitario.
Igualmente, fue esencial para la elaboración de la vacuna del covid-19, ya que su potente compuesto detectaría cualquier anomalía o más bien agentes contaminantes durante su preparación que pudieran afectar negativamente la salud de los seres humanos. Obviamente, que para las industrias farmacéuticas proceder con su comercialización debían estar avaladas por los estándares científicos de los medicamentos.
“Dada la importancia de las pruebas de endotoxinas para la protección de los pacientes, el comité decidió que finalmente era necesario contar con más pruebas prácticas”, informó la Farmacopea de EE. UU.
Consecuentemente, los conservacionistas advirtieron sobre la exuberante extracción de la sangre de los cangrejos por la demanda de vacunas y productos farmacéuticos relacionados para frenar el coronavirus significaba una seria amenaza para la especie y los ecosistemas marinos que dependen de ellos.
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Además de su uso en la Tierra, la sangre del cangrejo herradura también ha encontrado aplicaciones en el espacio. Un grupo de médicos afiliados a la NASA ha utilizado compuestos derivados de esta sangre para la detección de enfermedades en astronautas durante misiones espaciales.
La verdad oculta detrás de esta práctica: Su extinción
Año tras año, la industria farmacéutica atrapa a un número considerable de cangrejos, llegando hasta al medio millón, para extraer su valiosa sangre. Tras este proceso, los devuelven al mar, donde muchos enfrentan un destino devastador, debido a que aproximadamente el 15 % de ellos no sobrevive. Cabe resaltar que existen informes que sugieren que la mortalidad podría ser aún mayor debido a las prácticas deficientes en su recolección y transporte.
“Todas las empresas farmacéuticas del mundo dependen de estos cangrejos. Si lo piensas, es increíble lo mucho que dependemos de esta criatura primitiva”, asegura Barbara Brummer, directora estatal de The Nature Conservancy en Nueva Jersey.
Esta cruda realidad se agrava por el impacto del cambio climático en los océanos, lo que la convierte en una amenaza creciente para las cuatro especies de cangrejos herradura que existen en la actualidad. Estas circunstancias ponen a estas criaturas en peligro de extinción, lo que implica la necesidad de abordar este problema desde una perspectiva más sostenible y ética en el sector farmacéutico. La conservación de estas especies es fundamental, tanto por su valor en la medicina como por su importancia en el equilibrio de los ecosistemas marinos.
Milagros Infante
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