Más allá del seguro de salud, hay otros tipos que también contribuyen a la salud y ayudan a proteger las finanzas personales de manera efectiva.
Hoy en día, con el crecimiento de la industria de los seguros y fruto del interés de las personas de tener un respaldo económico al momento de algún problema de salud, imprevisto o crisis mundial, es posible asegurar prácticamente cualquier activo ante un sinfín de escenarios que van desde accidentes hasta catástrofes.
Tal es el caso que muchas celebridades aseguran partes de su cuerpo por millones de dólares para, de alguna forma, lidiar con una posible tragedia que pueda poner fin a sus carreras.
En el caso del seguro de salud, este cubre generalmente tratamientos y consultas medicas, así como procedimientos quirúrgicos y otras necesidades del paciente, dependiendo del plan elegido. Sin embargo, el titular de un seguro puede contratar coberturas para ciertos eventos y situaciones según considere.
Tal es el caso de los seguros de vida, que se pueden pagar a los beneficiarios luego de la muerte del titular o puede desembolsarse una suma fija por un período de tiempo fijo mientras el titular aún esté vivo. Otras coberturas comunes son contra accidentes, enfermedades graves y cáncer.
Esencialmente, un seguro complementario cubre aspectos que el seguro regular no contempla o no abarca de forma satisfactoria, entonces el asegurado se decide por contratar una cobertura mayor.
Hoy en día, las aseguradores ofrecen planes complementarios que se adaptan a diferentes necesidades que suelen incluir el plan básico y otros aspectos adicionales que suelen representar necesidades comunes dependiendo de la demografía de un país o región.
Es importante que cada quien revise cuidadosamente la cobertura del plan que contrata para asegurarse de manera satisfactoria según sus necesidades individuales y familiares.
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