Un giro de 180 grados sufrió el planeta cuando estalló la pandemia del nuevo coronavirus, los adultos comprendieron la situación y, aunque pudo haber sido difícil, se adaptaron; los niños solo supieron que al cabo de un día, ya no podían ver o jugar con sus amigos en el colegio como antes.
Todos están (o estaban) en un proceso de adaptación, pese a que ha pasado más de un año. Mientras inicia el programa de vacunación, algunas medidas se relajan, los gobiernos plantean el covid-19 «llegó para quedarse», las escuelas tienen las puertas y los salones listos para recibir al estudiantado.
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Parte de la nueva labor como padres, es afrontar las dificultades de la mano de cada uno de los hijos, instruirlos, guiarlos, educarlos, escucharlos, al igual que apoyarlos en el proceso, especialmente cuando estos son desconocidos aún por el adulto.
Si usted decide que sus hijos regresarán a tomar clases presenciales, es importante considerar los riesgos junto a los beneficios. Estos tips le ayudarán a tener una transición más satisfactoria tanto a usted como a sus niños:
Antes del inicio a clases, converse sinceramente, preste atención al lenguaje corporal; es posible que sus hijos estén sintiendo ansiedad o estrés y no sean capaces de identificarlo como tal, mucho menos comunicarlo a un adulto de confianza.
Normalice esas emociones, hable con tranquilidad sobre los cambios a ser esperados en el colegio con la nueva-vieja modalidad, al igual que acatarse a las medidas preventivas; recuérdele sobre los factores positivos sin hacer ilusiones desproporcionadas.
Reestructure los días a priori, para que el cambio –otra vez– no sea repentino ni afecte a mayores escalas la salud mental de su hijo; se trata de introducir poco a poco una nueva rutina que camine de la mano con aquella que deberá adoptar dentro del colegio o aulas.
Por otro lado, también es importante para los padres mantener la calma, dosificar cualquier grado de ansiedad, preocupación o estrés que pudieran estar sintiendo por la exposición de sus retoños.
Con el fin de moderar estos sentimientos, usted puede adoptar nuevos hábitos como descansar lo suficiente durante la noche, ejercitarse más de 30 minutos al día, conectar con otros seres queridos e incluso visitar un profesional de la salud mental.
