¿Cómo aprender a meditar y por qué es beneficioso para nuestra salud?

Por | marzo 28, 2024

Meditar es desconectarte del mundo para conectarnos con nosotros mismos. Con esta práctica, entramos en un estado de calma y paz interior siendo más conscientes de las sensaciones y emociones que sentimos.

La meditación es apta para cualquier tipo de persona, es una actividad sencilla y de bajo costo pues se puede practicar donde sea que nos encontremos, aunque al principio es recomendable ser guiado por un profesional.

El Dr. Herbert Benson, fundador del Instituto Médico Mente-Cuerpo, en la Universidad de Harvard, expresó que la meditación desencadena una “respuesta de relajación” en el cuerpo. Esta reacción refleja cambios en el metabolismo, ritmo cardíaco, respiración, presión arterial y química cerebral

Efectos de meditar

El incremento de personas practicando la meditación se debe a los cambios evidentes que obtiene quien la lleva a cabo con regularidad.

Según estudios, meditar puede llegar a influir en las sensaciones de estrés y ansiedad, así como, disminuir la presión sanguínea, la memoria y demás beneficios que te compartimos a continuación:

  • Disminuye el estrés y la ansiedad.

Según investigaciones de los doctores Richard J. Davidson y Antoine Lutz, la meditación permite reducir las sensaciones de estrés y ansiedad. Han afirmado que la atención plena y la meditación ayuda al cerebro a encontrar tranquilidad y alivianar los síntomas de dichos trastornos. Igualmente, se ha comprobado que esta práctica reduce la densidad del tejido cerebral asociado con el sentimiento de preocupación.

  • Mejora del sueño.

Jamás debemos olvidar la importancia del buen sueño debido a que puede afectar nuestro rendimiento cerebral, haciéndonos más propensos a sufrir de hiperactividad y ansiedad. Al meditar descansaremos de manera más rápida y profunda, siendo uno de los beneficios clave de esta práctica, proporcionando mayor claridad mental y control sobre las reacciones emocionales.

  • Reducción de la presión arterial.

Estudios, como el dirigido por Robert Brook en 2013 sobre la “Meditación Trascendental”, han demostrado que la meditación puede ser una herramienta efectiva para disminuir la presión arterial. Gracias a los beneficios de la meditación, se minimizan las posibilidades de padecer úlceras y cefaleas.

Efectos calmantes en el sistema nervioso

La práctica de la meditación tiene un efecto calmante en el sistema nervioso, según lo respaldado por investigaciones como el artículo publicado en el Psychological Bulletin en 2006. Al aminorar la actividad del sistema nervioso simpático y aumentar la del sistema nervioso parasimpático, la meditación favorece la regulación del ritmo cardíaco, la respiración y otras funciones involuntarias.

La meditación tiene la capacidad de aminorar los niveles de cortisol y ayudar a que te sientas más relajado, en estado de quietud y estabilidad, con tan solo 10 minutos de práctica.

Mejora de la memoria

La meditación ayuda a reducir la tensión muscular, lo que contribuye a una mejoría en la memoria. Investigaciones, como el meta-análisis de 2012, indican que la meditación, especialmente la meditación trascendental, puede mermar las emociones negativas y neuroticismo, al tiempo que mejora la memoria y la toma de decisiones.

La neurocientífica de la Facultad de Medicina de Harvard, Sara Lazar, expresó que uno de las primordiales transformaciones que se observan en el cerebro de aquellas personas que convierten la meditación en un ejercicio del día a día, cuentan con más materia gris en el córtex central, relacionado a la memoria del trabajo y a la ejecución de decisiones.

Retraso del envejecimiento mental

Los avances en tecnología médica han permitido a los científicos estudiar los efectos de la meditación en la neuroplasticidad, evidenciando que la práctica regular de la meditación puede hacer que nuestro cerebro sea más adaptable y flexible. Cuanto más se medita, más plástico es el cerebro, lo que sugiere una posible dilatación en el envejecimiento mental y una mayor capacidad de adaptación a nuevas circunstancias y hábitos.