Si el aloe vera no es una planta mágica, está muy cerca de serlo. Además de sus propiedades medicinales y curativas, esta especie de la familia Asphodelaceae se ha destacado en el mundo de los rituales por su papel esotérico y protector. Desde la antigüedad, griegos y egipcios la utilizaban para embalsamar a sus muertos.
En muchas regiones del mundo, sobre todo en Sudamérica, México y Centroamérica, es considerada portadora de la buena suerte, tanto en las casas como en los negocios. Al aloe vera se le atribuye también el poder de purificar el alma, asegurándose que fomenta la prosperidad y aleja las envidias.
Dejando a un lado la faceta mística, el aloe vera es fuente de muchos beneficios para nuestro cuerpo:
Este artículo fue publicado en la edición de mayo-junio de la revista MediHealth. Suscríbete aquí.
Si quieres utilizar aloe vera para cuidar tu piel, lo ideal es usar plantas de entre 3 y 5 años, ya que sus hojas están más maduras y han desarrollado todas sus propiedades. Además, cuentan con una mayor capacidad de regeneración.
Para utilizar sus hojas, es conveniente esperar 2 o 3 días tras haber regado el aloe antes de cortarlas. De esta manera, el gel estará más concentrado. Se debe escoger las hojas más grandes de la parte interior de la planta y las más próximas a la tierra, pues son las más maduras.
Además de sus beneficios corporales, el aloe vera es el alimento que más hierro tiene después de las almejas y los berberechos. Es un complemento alimenticio de extraordinarios efectos beneficiosos para el organismo. De hecho, esta planta, tomada de forma oral en bebidas, controla y alivia los síntomas de problemas gastrointestinales crónicos como estreñimiento, colon irritable, gastritis y reflujo, además de funcionar como antiviral y antibacteriano.
Por Celeste Pérez
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