Ha llegado la primavera y con ella despierta la naturaleza. Las flores comienzan a brotar en todo su esplendor y los agricultores en República Dominicana y el mundo comienzan a preparar la tierra para la nueva siembra. Es un momento de gran belleza y esplendor, pero muchas personas sienten un cansancio inesperado, ¿cuáles son las causas de la astenia o cansancio estacional y cómo evitarla?
Con la llegada de la primavera, además de las alergias por la multiplicación del polen llega una alteración de la que pocos hablan y afecta a 5 de cada 10 personas: la astenia, un tipo de cansancio y de desánimo.
La primavera se manifiesta en la naturaleza como una explosión de vida, pero muchas personas la experimentan con una fatiga mayor de la habitual. Muchos la relacionan con una sensación de apatía y apenas reúnen fuerzas para comenzar su día. Esto normalmente sucede cuando el cuerpo no consigue adaptarse a los cambios que conlleva la nueva estación.
Por suerte, no necesitarás de grandes cambios en tus hábitos. Se trata de un trastorno pasajero, que suele superarse en unos días o semanas pero que en algunos casos puede durar toda la estación. Lo contraproducente es que puede solaparse con otros tipos de cansancio. De hecho, casi todas las causas de fatiga son similares.
Por suerte, las soluciones también. Llevar una dieta equilibrada, dormir las horas necesarias, practicar ejercicio moderado y mantener una vida ordenada constituyen la mejor prevención y el mejor tratamiento para las personas cansadas o sensibles a los cambios estacionales.
Las personas con este trastorno sienten:
Para los más sensibles, puede llegar a aparecer:
Más horas de luz, la subida de la temperatura ambiental, cambios en la presión atmosférica y variaciones en la humedad ambiental, incluso la concentración del polen en el aire, son algunos de los factores que dificultan la adaptación del cuerpo al cambio estacionario.
Aunque las estaciones en los países del Caribe no sean tan evidentes, sí están sucediendo y estos factores casi imperceptibles alteran la secreción de las hormonas que regulan los ritmos biológicos, es decir, los procesos fisiológicos que llevan a descansar por la noche y a prepararse para la actividad durante el día.
Este sistema que llamamos reloj biológico y está regulado por el hipotálamo, es la parte del cerebro donde se asocian los sistemas nervioso y endocrino, que controlan la temperatura corporal, el apetito y la sed. Cuando altera este proceso, la persona puede sentirse agotada y triste.
Hasta el momento, los especialistas creen que la astenia no tiene distinción de géneros, edades, ni domicilios, sino que hay personas vulnerables o sensibles a ella debido a que previamente estaban estresadas, agotadas físicamente o a que pasan por una crisis emocional. En otras palabras, el cambio de estación es solo la gota que colma el vaso de la mala calidad de vida.
El ritmo de vida que llevamos actualmente resulta agotador. Es una frase que se repite, hasta con cierto tono de orgullo. Extenuarse hoy en día es lo correcto y descansar no está justificado. El cansancio es definitivamente una consecuencia de cómo se ha elegido vivir.
Atravesamos una época en que se reconoce la existencia de nuevas enfermedades como la fibromialgia y la fatiga crónica a la vez que no se quiere mirar de frente a sus causas profundas.
La búsqueda del éxito profesional ha desequilibrado la balanza en la forma que gestionamos nuestro tiempo y salud. Es vital entender que no estamos haciendo frente a una vida que se pueda considerar exitosa si no alcanzamos las metas trazadas con salud.
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