Los efectos psicológicos de la guerra

Por [email protected] | mayo 3, 2022

La psicóloga Loreto Martín Moya considera que la guerra, a veces con un objetivo incierto, usualmente con uno demasiado absurdo para justificar sus costos, tiene un impacto no solo en los planos económico y social. Además de las pérdidas humanas, las personas que consiguen sobrevivir se enfrentan a consecuencias devastadoras.

Los efectos psicológicos de la guerra incluyen síntomas depresivos, agresivos, ansiógenos, Trastorno por Estrés Post Traumático (TEPT), pérdida de la identidad y conductas regresivas en la población más afectada por los conflictos bélicos. Estos son los civiles, y en concreto, los niños, los adolescentes y las mujeres.

Resaltan seis guerras que han llevado consigo un enorme número de bajas y de personas desplazadas: la guerra en Yemen, Irak, Siria, Sudán del Sur, Somalia y Afganistán (y ahora la de Ucrania). Algunas de ellas siguen teniendo lugar, y los datos son preocupantes. Desde ACNUR, poniendo un ejemplo ilustrativo, aseguran que el 80% de los yemeníes necesitan de ayuda humanitaria para sobrevivir.

Los efectos psicológicos de la guerra en los niños soldados

Martín Moya, destaca la investigación realizada por Flora Blom y Noemí Pereda, en la que hablan de sintomatología internalizante, como señales de ansiedad, trastornos depresivos, sentimientos de pérdida y desarraigo, de culpa, de vergüenza, en los niños que han participado como soldados en algún conflicto bélico.

Los niños soldados se acostumbran a una realidad llena de violencia y agresividad

Estos niños también presentan sintomatología postraumática, con todo lo que ello conlleva: embotamiento emocional, síntomas intrusivos… Además, con la violación de sus derechos más básicos viene la inclusión en una realidad llena de violencia y agresividad, muchas veces perpetrada por los mismos niños soldados. Ello los lleva a habituarse y desensibilizarse a niveles elevados de severidad, a mantener una alta carga de rudeza en su manera de expresarse más allá de los límites de la guerra.

No hay que olvidar que muchos de estos niños soldados pueden presentar una adicción a sustancias tóxicas, administradas por los adultos del grupo. También son estos los que perpetran y hacen perpetrar los abusos sexuales a las niñas soldado, violadas por superiores y compañeros.

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El desastre psicológico de la guerra se hace también explícito en los adolescentes. Parece necesaria su diferenciación respecto a los niños porque su papel exige sacrificios distintos.

Para conocer aún más sobre los efectos psicológicos de la guerra, el equipo de MediHealth conversó con los especialistas Kathya Flores, psicóloga Clínica; José Silié Ruiz, neurólogo, y Alejandro Kepp, Psicólogo Clínico.

José Silié Ruiz, neurólogo

jose silie ruiz, neurologo

«Toda acción que produzca ansiedad o temores en cualquier población, puede generar alteración de la memoria y de la concentración, dificultad para encontrar las palabras correctas, problemas de atención, abrumarse con tareas fáciles, severa fatiga, apatía y poca rapidez para responder comandos adecuadamente. Es una verdadera distimia, paso previo a la depresión.

En los pueblos que participan directamente del conflicto bélico, se presentan todas las manifestaciones de una verdadera depresión, el doloroso estrés postraumático, con daños irreversibles en ocasiones por el infierno y el pavor vivido.

Se ha determinado que las situaciones de miedo, ansiedad, depresión y angustia, así como los horrores que derivan de las conflagraciones, producen en el plasma aumento de elementos tóxicos para las neuronas, como los aspectos pro inflamatorios (factor de necrosis tumoral), entre otros».

Alejandro Kepp, psicólogo clínico

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«Las guerras o conflictos armados afectan en gran medida la salud mental de las personas, tanto en efectos de corto plazo como ansiedad, fatiga, insomnio como también con heridas a largo plazo con problemáticas como el Trastorno de Estrés Postraumático.

Es incompatible tener salud mental y estar en un conflicto armado, debido a que obliga a nuestro cuerpo a estar en modo “lucha u huida” todo el tiempo. Dicho sistema tiene la función de protegernos de peligros activando nuestro sistema para correr o pelear, sin embargo no está diseñado para mantenerse activo durante largos periodos de tiempo.

No solamente estar en conflictos armados afecta nuestra salud mental, porque observarlos a la distancia, a través de medios masivos de comunicación, también tiene graves consecuencias. La exposición de la guerra puede causar lo que los profesionales llaman como trauma colectivo«.

Kathya Flores, psicóloga clínica

kathya flores psicologa clinica

«Una persona que ha sobrevivido a una situación tan destructiva y devastadora como una guerra necesita un tiempo para recuperarse, ya que afronta las consecuencias psicológicas de un Trastorno por Estrés Postraumático.

El sufrimiento de la crueldad y violencia que produce una guerra es una lesión muy difícil de superar o recuperar emocionalmente. Es un evento tan aterrador y atemorizante que genera reacciones emocionales y físicas tales como recuerdos y temores abruptos, recurrentes y repentinos; pesadillas, ansiedad, depresión, reacciones exageradas o evasiones extremas ante estímulos que recuerden el trauma.

Las personas que han vivido este tipo de situación pueden presentar también ataques de pánico con palpitaciones y sudoración excesiva. Pueden padecer de agorafobia (miedo social) o claustrofobia (miedo al encerramiento), debido al miedo o pánico de sentirse desprotegido».

(HG)

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