Hiperhidratación: cuando el vital líquido no es tan buen aliado

Por pferreras | junio 1, 2022

El cuerpo necesita líquido para su correcto funcionamiento, pero, como sucede con todo, el exceso puede ocasionar graves perjuicios. Beber demasiada agua y no dar tiempo al organismo para que la elimine provoca una saturación, y puede ser un veneno para el cuerpo. Este mal tiene un nombre para la ciencia: la hiperhidratación.

De esta patología se puede decir que es la antítesis de la deshidratación. Puede ser tan alarmante la una como la otra, destaca businessinsider.es.

En 1974, el libro Nutrition for Good Health (Nutrición para una buena salud), de los nutricionistas Margaret McWilliams y Frederick Stare, recomendaba que el adulto promedio consumiera entre seis y ocho vasos de agua al día.

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¿Qué ocurre si se supera esta recomendación?

El cuerpo humano es como una máquina perfecta que hay que cuidar con una dieta equilibrada, ejercicio físico y una hidratación adecuada. Pero, cuando se produce un desequilibrio que causa daño saltan las alarmas.

Se habla mucho de la importancia de mantener una adecuada hidratación, pues más del 80% del cuerpo es agua y, además, este elemento interviene en muchos procesos metabólicos de nuestro organismo.

Ahora bien, este líquido a la vez que beneficia al organismo, puede causar severos trastornos. Es lo que sucede cuando se ingiere excesiva agua, u otros líquidos ricos en sodio, de manera constante: se genera una saturación en todos los componentes corporales y el cuerpo, por sí mismo, no puede eliminar ese exceso.

La hiperhidratación se puede manifestar de forma leve, teniendo la necesidad continua de orinar, o presentando reacciones más alarmantes: mareos, vómitos, caídas, pérdida de la consciencia, e incluso con resultado de muerte.

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A la hora de estimar cuánta agua es recomendable ingerir o cuánta agua supone la recomendación genérica de tomar mucho líquido, hay que tener en cuenta que hay alimentos que son ricos en agua (frutas y verduras), y por tanto, es líquido que suma a la cantidad recomendada. Ésta es de dos a tres litros diarios, aunque dependerá de las circunstancias.

La hipehidratación es un trastorno poco frecuente, ya que se necesitaría beber más de 24 litros de agua al día para ver un caso, según el Manual MSD, pero en situaciones límites puede llegarse a este problema. En 2002, la atleta ecuatoriana Cynthia Lucero falleció por exceso de hidratación durante la prueba. El corredor Craig Barret tuvo más suerte en 1998: una atención temprana evitó que muriera casi en la línea de meta por haber bebido demasiada agua durante la prueba.

¿Quién padece este exceso de líquido de forma recurrente?

La hiperhidratación afecta sobre todo a personas deportistas que en ocasiones, por temor a la deshidratación, beben más agua de la que necesitan sin darse cuenta. Generalmente, los corredores de maratones y atletas de élite realizan mayor entrenamiento, en cuanto a tiempo y desgaste físico, con la consiguiente pérdida de líquido a través del sudor, como explica la web Hydration for Health.

A esto se le suma que no hay una confianza plena en que será el cuerpo quien avise de que se está generando un proceso de deshidratación, por lo que tienden a tomar más líquido del que en ocasiones su cuerpo puede procesar.

Por otra parte, la hiperhidratación puede aparecer en personas con trastorno psíquico, llamado polidipsia, que se traduce en un aumento excesivo de la sed. Del mismo modo, ciertos medicamentos antidepresivos pueden causar este tipo de patología.

Escrito por Héctor García para nuestra edición marzo-abril 2022 de revista MediHealth.

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