Toda paciente que desee someterse a una cirugía mamaria oncoplástica, o bien a una reconstrucción mamaria inmediata o diferida dependiendo del caso, también debe ser evaluada por un equipo médico multidisciplinario, donde se le expliquen los riesgos y beneficios de cada tratamiento complementario.
Muchas son las contradicciones y polémicas en torno a la relación que se presupone existe entre el cáncer de seno y los implantes mamarios; hay quienes la tildan de sospechosa, pero son los profesionales médicos e investigadores científicos los que tienen la última palabra con respecto a determinar si existe o no alguna vinculación entre ambos.
Es bien sabido que muchas mujeres de todo el mundo tienen implantes de mamas, ya sea por operaciones estéticas de aumento o por cirugías de reconstrucción tras una mastectomía, pero hasta hace pocos años ni las pacientes ni el personal médico disponían de mucha información en cuanto a la existencia de algún riesgo más que los inherentes a todo proceso quirúrgico.
Pese a que en el año 2011 la Asociación Americana de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA, según su sigla en inglés) alertó sobre la posibilidad de que las mujeres con implantes mamarios elaborados con superficies texturizadas corren un riesgo muy bajo de desarrollar una forma infrecuente de cáncer: el linfoma anaplásico de células grandes asociado con implantes mamarios (BIA-ALCL), aún la comunidad científica continúa intensificando los estudios e investigaciones sobre los posibles riesgos de las siliconas.
Según reporta Mayo Clinic, organización que tomando como base los estudios y aseveraciones de la FDA, “este tipo de linfoma constituye un cáncer poco común que puede formarse en cualquier parte del cuerpo, más frecuentemente en los nódulos linfáticos y la piel”.
Sin duda, la advertencia de la máxima autoridad sanitaria estadounidense causó una gran preocupación en las millones de mujeres que han pasado por cirugías de este tipo, creando una alerta mundial, y revolucionando el campo de la estética y la oncología médica, hasta el punto que fueron retirados del mercado implantes de casas comerciales específicas como medida de precaución ante tal alarma, específicamente los de solución salina y los de silicona; a lo que muchas personas “perspicaces” aducen que se podría tratar de una guerra sucia o “dirty marketing” por parte de la empresa competidora de la marca de implantes que dejaron de ser comercializados.
El presidente de la Sociedad Dominicana de Radioterapia Oncológica (SDRO), Luis Moreno Sánchez, explicó que hasta ahora no existen casos de mujeres diagnosticadas con cáncer de seno a causa de una cirugía de implantes como tal, si no más bien al implante colocado.
Citó una publicación de julio 2019 del New York Times, donde señalaron que a nivel mundial se han presentado 573 casos y 33 defunciones; 481 de los cuales estuvieron relacionados con una determinada casa comercial. Por tal motivo a pedido de la FDA, Allergan llamó a retirar todos sus implantes mamarios con textura Biocell para proteger a las mujeres del riesgo de linfoma anaplásico de células grandes asociado con implantes mamarios.
Los productos afectados incluían implantes rellenos de silicona y solución salina. Sin embargo, el especialista en oncología y radioterapia subrayó que tal como lo señalan las investigaciones, el riesgo es muy bajo y el linfoma es poco común.
Los estudios sugieren que el linfoma BIAALCL por sus siglas en inglés, generalmente se encuentra cerca del implante mamario dentro del tejido cicatricial circundante, por lo cual estiman que el riesgo de por vida de desarrollarlo a partir de un implante texturizado es de uno en 1,000 a uno en 30,000 casos. La ciencia médica ha enfrentado estos hechos instando a retirar del mercado implantes de casas comerciales específicas, y una vez diagnosticada la neoplasia extirpando quirúrgicamente los implantes y procediendo a tratar la misma. (mh)
Suscríbete a la revista y regístrate a nuestros newsletters para recibir el mejor contenido en tu buzón de entrada.
