Maskné, secuela del uso de mascarillas

Por Karime Rivas | marzo 5, 2021

Las mascarillas o tapabocas se han convertido en el símbolo por excelencia de la “nueva normalidad” impuesta por el coronavirus, pero nuestra piel apenas empieza a acostumbrarse a ellas.

Para ir a hacer la compra, pasear o desplazarnos a cualquier lugar, la mascarilla ha pasado a ser un complemento indispensable en nuestras vidas. En plena pandemia provocado por el covid-19, la población mundial ha tenido que acostumbrarse a añadir esta protección a su rutina diaria.

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Pero su uso constante está afectando directamente a nuestra piel ocasionando la aparición de granitos, puntos negros e incluso exceso de grasa como consecuencia de la falta de transpiración de la piel, el roce que genera la mascarilla y el material o tejido con el que está fabricada.

Como nos vemos obligados a usarla durante muchas horas, estamos expuestos
a sufrir un aumento de la temperatura en la zona nasogeniana y de la barbilla, dando lugar a la aparición de granitos o irritaciones, pues durante ese tiempo la piel queda cubierta con un material no transpirable que hace que los poros de nuestra piel se obstruyan generando grasa, granitos y puntos negros.

Desde que comenzó la pandemia, su uso se ha extendido por países de Occidente en los que hasta ahora era completamente ajena, y uno de los efectos de su uso continuado es lo que se conoce como “maskné”, o “acné por mascarilla”.

Según publica el portal BBC.com, su término técnico es acné mecánico y también se le conoce como “acné del deportista” o “de fricción” porque es el resultado de la fricción mecánica de un tejido contra la piel, y esto es usual en deportistas.

China es uno de los países que más tiempo lleva expuesto al uso de mascarillas. Según un estudio publicado en el Journal of the American Academy of Dermatology, que analizó los efectos dermatológicos en los trabajadores de primera línea en la lucha contra el coronavirus de la ciudad de Hubei, el 97% de ellos sufrió algún tipo de problema provocado por su uso.

En España, los problemas más comunes tienen que ver con la dermatitis y el acné. Para los dermatólogos, la situación general de estrés a la que nos vemos sometidos aumenta las posibilidades de sufrir rosáceas, lo que se suma a los problemas de acné o de dermatitis irritativa que provoca la combinación del sudor con el roce de la mascarilla. Al no permitir que la piel transpire como debería, se generan problemas de acné inflamatorio en la zona que rodea a la boca.

¿Cómo se previene el maskné? 

maskné

Limpieza: utilizar un producto limpiador facial suave es indispensable, ahora más que nunca, si queremos evitar que la sudoración y la falta de transpiración creen los temidos granitos. Los expertos recomiendan usarlo día y noche, incidiendo en la zona cubierta por la mascarilla.

Hidratación: Y es que al hidratar la piel la hacemos más elástica y fuerte y, por lo tanto, menos propensa a estos problemas. Es importante, sin embargo, aplicar la crema hidratante al menos 30 minutos antes de cubrirnos con la mascarilla.

Maskné, secuela del uso de mascarillas

Tónico: Aplicarlo con un disco de algodón en la zona que queda cubierta puede ayudarnos a evitar la aparición de granitos y siempre será recomendable utilizar un producto antibacteriano.

Productos protectores: Antes de ponernos la mascarilla, utilizar un producto que proteja la zona como una vaselina o un stick anti-rozaduras nos ayudará a evitar los problemas provocados por la fricción o el roce.

Maskné, secuela del uso de mascarillas

Cuidados al colocar la mascarilla: para que si acción sea efectiva debemos asegurarnos de que quede bien fija a la nariz y los pómulos, pero para evitar los problemas de piel deberemos evitar que la zona de alrededor de la boca quede pegada al tejido.

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