A la hora en la que sale el sol mucha gente está todavía dormida, y mucha otra se encuentra ya preparándose para salir o camino al trabajo. Pero hay personas que, precisamente, están curándose, recargando las pilas, llenándose de energía. Lo hacen mirando al sol, gracias a una técnica que se denomina «sungazing» y que cada vez gana más adeptos.
Braulio Corporán es un señor obeso de 60 años que sufre de hipertensión. Según nos comenta, desde que empezó a practicar el ‘sungazing’ a finales de 2017, ha logrado mejorar su calidad de vida disminuyendo su ansiedad y eliminando su adicción al tabaco.
La idea que rige esta «terapia» defiende que al mirar al sol (sólo durante el amanecer o el ocaso, si no sería dañino) el cuerpo recibe la energía del astro, suficiente para curar algunas enfermedades, proporcionar bienestar y ayudar a la persona a poner en orden su mente. Los defensores de esta técnica sostienen que el ojo humano (algunos dicen que incluso todo el cuerpo) posee algún tipo de células fotovoltaicas capaces de convertir la energía solar en energía vital.
El gurú de esta técnica, Hira Ratan Manek, va más allá y asegura que la energía solar permite vivir sin necesidad de comer, ya que aporta al cuerpo todos los nutrientes necesarios. Él mismo afirma llevar más de diez años sin consumir nada más que líquidos, sobreviviendo gracias a la práctica del sungazing.
Aún no existen bases científicas si el “sungazing” es una realidad o un mito, pero si decides probarlo por tí mismo, te daremos los pasos a seguir. Antes de todo, se trata de tres fases aparentemente sencillas, con una duración, cada una, de tres meses.
