Vivir con propósito, la fórmula infalible para alcanzar el bienestar

Por pferreras | septiembre 7, 2021

Guiar nuestras acciones, proyectando lo que deseamos a futuro, es lo que pudiéramos definir como “propósito de vida”. Esto puede manifestarse de diversas maneras, tanto en nuestra vida persona, en el ámbito social, laboral y profesional.

Un elemento que tiene gran valor en el aumento del bienestar, es tener un propósito de vida. Cuando experimentamos esa sensación de que nuestra vida tiene significado, es algo realmente poderoso que nos mueve todo, impulsándonos a transitar esa vida de una manera más agradable.

Michael Steger, nos dice que “el significado en la vida consta de dos pilares: la comprensión y el propósito. La comprensión abarca la capacidad de las personas para encontrar patrones, consistencia y significado en lo muchos eventos y experiencias en sus vidas, y su síntesis y destilación de los factores más destacados, importantes y motivadores”.

Las personas enfrentan el desafío de entenderse a sí mismos, al mundo que los rodea y su nicho e interacciones únicos dentro del mundo. El propósito se refiere a objetivos a largo plazo altamente motivadores sobre los cuales las personas son apasionadas y altamente comprometidas.

Michael Aular, en un escrito para globedia.com, explica que “las personas que viven con propósito tienen un valor, un motivo, que hace que tengan comportamientos dirigidos a conseguir este valor. Cuando llegamos a conocer nuestro propósito en la vida sabemos quiénes somos, y por qué lo somos.

Para ello es importante un autoconocimiento reflexivo, una vez se logra, es más fácil vivir una vida que sea fiel a los valores fundamentales, contar con pasión, la vida es solo un instante para malgastarla, es por ello que todos deberíamos dedicarle el debido tiempo a encontrar aquello que nos engrandece, aquello que nos hace sentir vivos, aquello que disfrutamos hacer”.

Aular cita igualmente al psicólogo Martin Seligman, asegurando que éste toma nociones de la felicidad según Confucio, Mencio y Aristóteles, junto a teorías modernas sobre la motivación, para concluir que la felicidad se alcanza trabajando en tres dimensiones, esto es, la Vida Gratificante (cubrir nuestras necesidades básicas), la Buena Vida (descubrir nuestro potencial y desarrollarlo para sentirnos plenos) y la Vida con Sentido (dedicar nuestro potencial, virtudes y fortalezas, a contribuir a la felicidad de los demás).

Esta teoría logra diluir el conflicto entre felicidad individual y altruismo, abogando por la búsqueda de las emociones positivas frente al abandono personal en las negativas. Se trata de pensar y actuar de una manera constructiva para entender y gestionar el pasado, crecer en optimismo en el presente y mirar al futuro con esperanza.

El autor recomienda buscar el punto en el que el talento, la pasión, motivación, las habilidades, conocimientos y dones se entrecruzan con un vacío o una necesidad en la sociedad que rodea, para planificar y tomar la decisión de vivir sintiéndose vivo y apasionado por la vida. Hay que animarse a vivir con propósito y sentido -recomienda Aular-, dedicarse a realizar eso que siempre se ha querido hacer y que hace sentirse vivo, ayuda a los demás a evolucionar.

Finaliza citando igualmente una frase de Martin Seligman: “el bienestar no puede existir solo en tu propia cabeza. El bienestar es una combinación entre sentirse bien y realmente tener una vida con sentido, buenas relaciones y autorrealización.” (mhj)

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