No podemos negar que la vida nos cambió… Ni tampoco ser ajeno a la realidad solapada en nuestra cultura de no identificar una situación de salud mental y por lo general asumir que es falta de carácter.
El covid-19 vino a desatar lo que en epidemiología se conoce como segunda pandemia necesidad generalizada de un servicio específico de salud durante y posterior a una pandemia sanitaria y en este caso es salud mental.
La ansiedad como resultado del elemento sorpresa y como respuesta angustiante de lo desconocido, nos hace sentir cada uno de esos síntomas a los cuales le tememos. Es cuando caemos en los síntomas de la somatización y obsesividad
El trastorno de somatización; su característica principal es la presentación repetida de síntomas físicos, que en este caso serían tos, fiebre, dolor muscular, cefalea, cambios en los patrones de sueño o alimentación, dificultades para dormir o concentrarse, agravamiento de problemas de salud crónicos, agravamiento de problemas de salud mental, mayor consumo de tabaco y/o alcohol y otras sustancias… que junto con solicitudes persistentes de exámenes médicos, a pesar de que los hallazgos sean repetidamente negativos y de que los médicos hayan reafirmado que los síntomas no tienen fundamentos físicos.
Cabe diferenciar las somatizaciones en agudas y crónicas.
Las somatizaciones agudas se dan en individuos con una personalidad y un nivel previo de adaptación normales (o sea la población general incluso sin condición psiquiátrica ni psicológica anterior) que debido a un estrés de la pandemia presentan síntomas somáticos. Estos pacientes, sin una orientación adecuada, pueden llegar a hacerse crónicas.
¿EN QUIÉNES SE DAN LAS SOMATIZACIONES?. Las somatizaciones crónicas se dan en pacientes que no tuvieron la adaptación necesaria y presentan un tiempo mínimo de 6 meses, múltiples síntomas físicos inexplicados que les producen mucha incapacidad.
Estos son los que en la actualidad se están presentando ya que la pandemia en nuestro país tiene exactamente este tiempo desde el primer paciente positivo.
Todos hemos tenido a alguien cercano o conocido que está siendo afectado incluso por la pérdida de un familiar o ser querido y esto entonces viene a reforzar las conductas de querer cuidarnos más y sin que podamos escapar nos hacemos presa de las obsesiones y compulsiones.
Pensamientos e ideas repetidas acompañadas de rituales que nos roban la paz y nos llevan a no querer salir incluso tengamos todos los cuidados y medidas de seguridad.
Ambas condiciones tienen una presentación en nuestra población que va del 20-35% de la población y seguro que la mitad de estos se quedan de manera fija con una condición de salud mental, sin mencionar la depresión que se convierte en el común denominador de casi todo.
RECOMENDACIONES:
• Dormir bien
• No hacerte preso de las noticias y filtrarlas
• Funcionar con horarios
• Mantener la mente y el cuerpo activos a través de ejercicio físico.
• No intentar detener o controlar los pensamientos, sino dejar que estos fluyan temporalmente hasta que disminuya su intensidad.
Las medidas de salud pública, como el distanciamiento social, pueden hacer que las personas se sientan aisladas y en soledad y es posible que aumente el estrés y la ansiedad. Sin embargo, estas medidas son necesarias para reducir la propagación del covid-19. Lidiar con el estrés de manera saludable lo fortalecerá a usted y fortalecerá a sus seres queridos y su comunidad.
Esto llego por un buen tiempo y tenemos que sacar lo que por especie mejor deberíamos de saber… adaptarnos.
