And the fake news award goes to…

Por revistamercado | abril 6, 2021

Muchos son los individuos y organizaciones que se harían acreedores de uno; desde la antigüedad a la era de internet la profusión de pinocchios ha sido una constante cultural.

Se acerca en lontananza el tiempo de los Oscar y, de no haber ganado las elecciones en EEUU Joe Biden, también el de los Los Fake News Awards. Estos premio existen, no son un bulo, y fueron creados por el que muchos analistas mediáticos y fact checkers consideran el mayor liar patológicos institucional de la historia; el cuadragésimo quinto presidente de los EEUU; Donald J. Trump.

Donald Trump anunció la creación de los Fake News Awards, premios que finalmente fueron otorgados en enero de 2018 a los medios de prensa que, en su opinión, fueron los “más deshonestos, corruptos y/o distorsionados en su cobertura política”, especialmente The New York Times y un artículo del premio Nobel de Economía Paul Krugman; “Not you. Your organization is terrible,” espetó Trump. “Quiet. Don’t be rude. No, I’m not going to give you a question. You are fake news!”, Recuerdan?

Trump utiliza reiteradamente la expresión fake news como respuesta a todas las críticas a su gestión, desprestigiando a los medios de prensa tradicionales y cancelando la discusión abierta y argumentada sobre sus políticas. Esta actitud fue inmediatamente adoptada por diversos líderes mundiales, que encontraron que la deslegitimación de los medios de prensa o las instituciones que informan sobre hechos que les son adversos, es un recurso.

Redes sociales versus TV

La campaña de Trump había utilizado las redes sociales como instrumento de divulgación, a diferencia de Clinton, que se había basado en anuncios televisivos y en otros medios tradicionales. Los mensajes políticos distribuidos mediante Facebook, Instagram o Twitter llegaron a unos 126 millones de personas en Estados Unidos. Un procedimiento de minería de datos aplicado a los perfiles de los usuarios, permitió la difusión de mensajes diferentes, diseñados según los intereses y preocupaciones de los destinatarios, dirigidos de modo específico a las personas preocupadas por la inmigración —especialmente de personas provenientes del mundo islámico—, el control de las fronteras, la legislación sobre las armas, etc. Muchas historias de noticias falsas en línea a favor de Trump provienen de una ciudad de Macedonia del Norte llamada Veles, donde aproximadamente 7 organizaciones de noticias falsas diferentes están empleando a cientos de adolescentes para producir y plagiar rápidamente historias sensacionalistas para diferentes compañías y partidos con sede en EEUU.

Pseudoperiodismo

Las noticias falsas, conocidas también con el anglicismo fake news, son un tipo de bulo que consiste en un contenido pseudoperiodístico difundido a través de portales de noticias, prensa escrita, radio, televisión y redes sociales y cuyo objetivo es la desinformación. El mayor problema no radica en su existencia, ya algo malo de por sí, sino en el hecho de que, somos nosotros los que, no ya inconscientemente sino, voluntariamente, los que nos dejamos “desinformar”. Quizás ahí radique la novedad de la “nueva era” de los fake news o de la era de los “nuevos fake news”. Anteriormente se trataba de desinformación genuina, ahora ésta es autoasumida. ¿Qué nos ha sucedido?

Algunos medios de comunicación partidistas, blogs políticos o redes sociales pueden convertirse en fuentes de desinformación o “fake news”, pero recientes y concluyentes estudios demuestran que otro gran generador de noticias falsas es, precisamente, uno mismo; tendemos a elegir y a recordar erróneamente (o no tanto) las cifras que nos dan con tal de encajarlas en nuestro set de creencias y motivaciones políticas. Una terrible pero ineludible verdad, sin la asistencia de la cual no se explica el éxito de las fake news y la pervivencia de los medios de masas que las divulgan y difunden. La post-verdad está para quedarse.

Temor

Paradójicamente, aún sabiendo que es así, las tememos. La preocupación por la desinformación y la difusión de noticias falsas en Internet y en especial en redes sociales va en aumento. Tanto es así que Twitter acaba de poner en marcha en Estados Unidos Birdwatch, una nueva función con la que sus usuarios pueden alertar del contenido falso que se difunde en la plataforma. El 56,4% de los usuarios de Internet de todo el mundo manifiesta preocupación por no saber qué es cierto y qué no en el ámbito de las noticias en la Red, según el informe Digital 2021. De los países analizados en el estudio, el que más preocupación muestra por las noticias falsas o “fake news” y la desinformación es Brasil (84%), mientras que los Países Bajos (32,3%) es el menos preocupado por este asunto. Un 65,1% de españoles asegura estar preocupado por no saber qué noticias difundidas en Internet son ciertas y cuáles falsas. Un porcentaje parecido de chilenos (64,6%) opina lo mismo, mientras que en México (59,5%), la preocupación es menor. Japón, Italia, Suecia y Dinamarca son algunos de los países donde la preocupación es inferior a la media global.

Motivaciones

Eliot Higgins, verificador de hechos y fundador de Belling- cat, —una red de investigación en línea—, identifica cuatro motivos que impulsan a los creadores de noticias falsas y los resume en «las “cuatro P”: Pasión, Política, Propaganda y Pago». Claire Wardle, otra académica, por su lado, definió la desinformación como la «creación y difusión deliberada de información que se sabe es falsa», a diferencia de la información errónea, que es la «difusión involuntaria de información falsa». Vemos de nuevo que la clave de todo está en el siguiente, fundamental, detalle: “información que se sabe es falsa”.

Desde tiempos remotos

La difusión de noticias falseadas con el objeto de influir en las conductas de una comunidad tiene antecedentes desde la antigüedad. La primera víctima de la guerra es la verdad, sostiene un viejo dicho periodístico. Aunque lo cierto es que bien podría decirse que la verdad es víctima recurrente en cualquier sociedad organizada, porque la mentira política es un arte tan viejo como la civilización; Ya lo escribió el gran historiador francés Paul Veyne en su ensayo ¿Creían los griegos en sus mitos?: “Los hombres no encuentran la verdad, la construyen, como construyen su historia”. Además de canibalismo o incesto, los cristianos también cargaron con la culpa del gran incendio de Roma del año 64 d.C. a partir de un rumor originado por el propio Nerón, para exculparse a sí mismo de provocar el “Gran Fuego”.

El poeta romano Virgilio describe en el capítulo IV de La Eneida cómo actúa la fama (el rumor): “la más veloz de todas las plagas”, “monstruo horrendo (…) que llena de espanto las grandes ciudades, mensajera tan tenaz de lo falso y de lo malo, como de lo verdadero.” Y los ejemplos de fake news siguen y siguen. Pero con los medios de reproducción de la información actuales, su velocidad de propagación en los medios de comunicación es ya una preocupación global.

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