Cosecha covid: se evitaron la carestía y el desabastecimiento

Por pferreras | agosto 5, 2021

La pandemia no trajo a corto plazo, una reducción de la disponibilidad de alimentos a nivel nacional; al contrario, el país que produce cerca del 80% de los alimentos que consume, durante el período entre enero y marzo de 2020, experimentó un incremento en la producción agrícola de un 4.38% y de la producción pecuaria del 5.73%, en comparación con el mismo período en 2019.

Estos datos fueron derivados de un monitoreo de urgencia que en aquel momento realizaron el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), la Organización de Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), el Banco Mundial (BM) y el Programa Mundial de Alimentos (PMA), en diálogo con el Gobierno.

Los actores de las cadenas de valor consultados indicaron que, en los primeros meses del año, la producción agropecuaria estaba garantizada, y la mayoría de los cultivos estaban sembrados y en plena cosecha. En el caso de los rubros de primera necesidad, la reducción de la demanda desde los centros turísticos, así como la necesidad de colocar en el mercado la producción destinada a exportación, llegaron a presionar a la baja los precios a nivel del productor.

En cuanto a las importaciones de productos agropecuarios, los puertos siguieron activos, por lo que no se experimentaron importantes problemas de disponibilidad.

Limitaciones iniciales

Las principales limitaciones para los productores al inicio de la pandemia fueron la falta de mano de obra para la cosecha, por restricción en la circulación en horario normal de trabajo, la falta de transporte y la falta de mercados. Los problemas de circulación y transporte fueron sorteados por el gobierno a través de resoluciones, y también se atendieron parcialmente los problemas de mercado.

En este sentido, como indica Bruno Jacquet, especialista en Desarrollo Rural para el BID, “el Gobierno de República Dominicana implementó un conjunto de medidas que buscaron contrarrestar los impactos de la COVID-19”.

Dentro de estas medidas, las financieras y tributarias impactaron la disponibilidad y acceso de los alimentos de la población; las facilidades para acceder a financiamiento ayudaron a que los sectores productivos, incluyendo la producción de alimentos, pudieran refinanciar sus actividades en un momento de disminución significativa de sus ventas.

Índice FAO

Según el índice de precios de los alimentos de la FAO, en el 2020 en su conjunto, se registró un índice promedio de incremento de 3,1 % respecto de 2019, el más elevado en tres años, aunque se mantuvo bastante por debajo del nivel máximo registrado en 2011. En la República Dominicana la situación no ha sido distinta.

Según datos del Banco Central, el ítem que presenta una mayor incidencia en la inflación del IPC de noviembre 2020 fue Alimentos y Bebidas No Alcohólicas (1.45%); registrándose además importantes alzas en los precios de los tomates, huevos y pollo fresco. Sin embargo, algunos alimentos presentaron bajas en sus precios.

Por su lado, el ministerio de Economía, muestra que el incremento de precio de la soya, el maíz y el trigo en el mercado internacional ha provocado que los productos vinculados se incrementen en un 15%. A esto se suma el incremento del barril del petróleo y de la tasa de cambio (RD$ vs US$), repercutiendo en el costo de producción de muchos de los rubros agropecuarios debido a que la mayoría de los insumos utilizados en la producción son importados.

Exceptuando productos como la papa blanca, batata, habichuelas rojas, algunos vegetales, lechosa, limones criollos, naranjas y chinolas que se pagaron a mejor precio, los demás productos se vendieron a precios similares y en muchos casos inferiores. Es el caso del plátano y guineo, donde el precio promedio pagado se redujo en alrededor de un 13%, los huevos en un 4%; leche 5.6%, yautías 9%, entre otros. La FAO continúa monitoreando los mercados internacionales de los productos básicos y considera que no hay razones para una alarma de crisis.

Continuidad

Los programas gubernamentales han asegurado el funcionamiento del sistema alimentario; en concreto los programas de apoyo a la producción, como la distribución de insumos agrícolas, el acceso a financiamiento y los programas de INESPRE, fueron importantes para amortiguar el incremento de la inseguridad alimentaria en la población producto de los efectos de la pandemia.

Enter 2021

El presidente Luis Abinader ha tranquilizado a productores y consumidores al considerar que “el sector agrícola está en su mejor momento y que los aumentos que suceden actualmente ocurren por factores externos a los cuales el país no puede escapar”.

Parece que el campo dominicano está totalmente sembrado en la presente gestión y que hay actualmente una mayor producción avícola y porcina. “La agricultura está en sus mejores momentos de producción y las estadísticas así lo demuestran”, se señala. Actualmente la producción del maíz se ha duplicado, lo mismo que la de soya, y se trabaja con ahínco para financiar la siembra de maíz.

En cuanto al café, ya se ha comenzado también a ejecutar un plan cuyo primer paso es convertir a la República Dominicana en autosuficiente para el consumo, ya que en estos momentos se está importando el 60 % de la demanda Local. El objetivo último es volver a exportar café a medio plazo.

La constatación de que el sector agrícola “estaba endeudado y desmotivado, fruto de un modelo económico que favorecía el consumo de bienes agropecuarios Importados…”, ha dado paso a la aseveración de que “el campo dominicano está sembrado y la alimentación del pueblo garantizada”. (rma)

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