El mayor fondo soberano del mundo apuesta todo al verde

Por Gabriel Rico Albarrán | abril 16, 2023

El enfoque continuo en torno al cambio climático está empujando a diferentes inversionistas a adoptar cada vez más fondos con acciones más sostenibles en el marco de Medioambiente, Social y Gobernanza (MSG), en lugar de financiar actividades de combustibles fósiles. Los fondos soberanos de riqueza (FSR) son ahora la última clase de inversores que apuestan por fondos sostenibles.

Cabe destacar que los fondos soberanos son inversiones de propiedad estatal que se capitalizan en activos reales y financieros como acciones, bonos, bienes raíces y metales preciosos. De esta manera, el mayor fondo soberano del mundo impactó al mundo al anunciar que sólo invertirá en firmas con emisiones netas cero de CO2.

Se trata de Norges Bank Investment Management (NBIM), el fondo de riqueza soberana más grande del mundo, con más de US$1.2 mil millones en activos y que tiene participación en más de 9,000 empresas en 70 países.

Este fondo anunció que redoblará su compromiso contra el cambio climático al exigir que toda su cartera de inversión se nutra con acciones de compañías que certifiquen su objetivo de neutralidad energética en 2050.

El faro del Acuerdo de París

El anuncio forma parte de un plan de acción climática más amplio que tiene como objetivo lograr que aquellas empresas en las que invierte el fondo operen en consonancia con el Acuerdo de París, un compromiso global para combatir la crisis climática. El plan citó modelos de la Agencia Internacional de Energía y el Fondo Monetario Internacional, que sugieren que alcanzar cero emisiones netas para 2050 podría agregar un 0.4 % al crecimiento anual del PIB mundial hasta 2030.

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Para gestionar los riesgos y oportunidades climáticos, NBIM indica tres áreas principales en las que pretenden centrarse:

  • Elevar los estándares del mercado y colaborar con otras partes interesadas.
  • Analizar la exposición al riesgo climático y ajustar la cartera de inversiones.
  • Poseer empresas a través de la transición climática y comprometerse con el cero neto.

De esta manera, el objetivo del fondo es lograr la mayor rentabilidad posible con un riesgo aceptable de acuerdo con el mandato de inversión emitido por el Ministerio de Finanzas de Noruega. Por lo tanto, en los próximos años, NBIM aumentará la experiencia del personal en esta área e integrará factores relacionados con el cambio climático y la transición energética en su trabajo analítico.

Seducir a reguladores y organizaciones

Como parte de eso, los ejecutivos alentarán a los reguladores y organizaciones que establecen estándares relacionados con el clima a establecer requisitos obligatorios. NBIM también espera aumentar su colaboración con otros inversionistas para compartir las mejores prácticas, desarrollar expectativas comunes y promover sus puntos de vista de manera más efectiva.

Así, dentro de los principales puntos del plan de acción, se destaca el desarrollar principios para medir y gestionar el riesgo climático, y realizar pruebas de estrés de la cartera de acciones frente a 1.5 °C y otros escenarios climáticos anualmente.

Foto: Pixabay

Asimismo, pretende establecer un objetivo neto cero para 2050 para su cartera de bienes raíces no cotizados, y un objetivo provisional para 2030 de reducir la intensidad de las emisiones de gases de efecto invernadero de alcance 1 y 2 en un 40 % en comparación con 2019.

Para ello, NBIM deberá analizar las emisiones de las empresas de cartera y las inversiones inmobiliarias no cotizadas en relación con sus vías de emisión específicas del sector y, con ello, aumentar las inversiones en infraestructura de energía renovable.

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Eliminar determinadas inversiones

Otro de los puntos clave para sus objetivos será supervisar el riesgo climático en la cartera, incluidas las inclusiones de referencia de acciones, y desinvertir en empresas con riesgos climáticos no mitigados, particularmente cuando el compromiso ha fallado o es poco probable que tenga éxito.

El plan de acción climática de NBIM es el último compromiso del fondo para mejorar su desempeño relacionado con el Medioambiente, Social y Gobernanza, después de que el año pasado publicara una guía en la que describió cómo abordar el cambio climático como un riesgo financiero a través de cuatro herramientas:

  • Establecimiento de principios y estándares.
  • Evaluación del cambio climático.
  • Propiedad.
  • Inversiones.

Esto incluye la exclusión de ciertas empresas de carbón y compañías upstream de petróleo y gas, de conformidad con las estipulaciones del Ministerio de Finanzas de Noruega.

La guía estuvo acompañada de un documento que describía los enfoques de NBIM para el análisis de la huella de carbono y el escenario climático.

Artículo publicado en la edición de abril de revista Mercado

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