Aún no comprendemos del todo las consecuencias que el lanzamiento de ChatGPT, por parte de Open IA, tendrá en la economía, la composición social, la educación y la salud.
La salida, y regreso, de Sam Altman a esta organización sin fines de lucro (con un brazo privado-lucrativo para recibir financiación) es el preludio de un gran debate, no solo sobre el desarrollo de la inteligencia artificial, el core-business de Open AI, sino también de otras tendencias.
A Altman lo despidieron en primer término porque aquella Junta Directiva (que fue desintegrada) consideraba que iba a una velocidad vertiginosa en la aplicación de hallazgos sobre cómo los algoritmos podían automatizarse.
A lo interno de Open AI se enfrentaron los “doomers”, quienes opinan que la IA debe ser cuidadosamente regulada paso a paso para que sus avances no sean dañinos, y los “boomers”, quienes consideran la IA como una nueva revolución que traerá prosperidad a la humanidad, en la manera en la que lo hicieron la máquina de vapor, la electricidad y el internet.
Pueden contar con que el 2024 marcará un escenario de debate entre quienes se enfocan en el costo humano del desarrollo tecnológico, y quienes comprenden que el mejor servicio que puede hacerse a la humanidad consiste en soltar los frenos de la investigación y desarrollo.
Nuestra portada es sobre Mastercard. Tomás Alonso, country manager para la empresa en República Dominicana y Haití, nos cuenta las innovaciones que aplican con fines de mejorar la experiencia de los tarjetahabientes, además de las operaciones de negocios de sus socios estratégicos.
Carlos Arturo Guisarre
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