7 retos del vehículo autónomo

Por pferreras | mayo 5, 2021

El vehículo que se conduce a sí mismo se hace realidad por medio del desarrollo tecnológico, pero otra historia es su popularización y uso ampliado, que tendrá que vencer diversos escollos. Aún las calles se alistan para que la inteligencia artificial conquiste el tráfico. 

Conectividad sin dilación para que los vehículos se comuniquen

Internet se convertirá en el sexto sentido del vehículo. Todos los fabricantes, entre ellos Continental, están trabajando contra reloj para que la precisión de la información que reciban estos carros autónomos, junto a la velocidad de la recepción de la misma, permita que estos vehículos sean fiables para sus usuarios. En particular, Continental trabaja en un sistema que proporcionará información sobre el tráfico.

 

Hacer que los sistemas de la movilidad autónoma sean confiables

No pueden producirse errores en esta modalidad, puesto que con uno solo los usuarios no se van a fiar de los vehículos autónomos. Por eso, la fiabilidad de la conducción automatizada debe ser la más elevada. Y en caso de un fallo, el sistema tendría que gestionar el carro de forma segura. En las primeras pruebas ya se han producido los primeros percances, fruto de la conducción de coches autónomos junto a conductores humanos.

 

Promover de forma constante las tecnologías que la sustentan

Los usuarios solo aceptarán a los vehículos autónomos cuando su fiabilidad sea incuestionable. Y esta fiabilidad dependerá de la calidad de la tecnología. En estos momentos los fabricantes de sistemas de asistencia a la conducción están trabajando en asentar las bases para la aceptación de estas soluciones. Será complicado convencer a personas con años conduciendo de que se reclinen y dejen que el algoritmo haga todo el trabajo.

 

Que el conductor entienda que el algoritmo es más efectivo que él

Conseguir la cifra de cero accidentes ya no es una utopía. Los sistemas avanzados de asistencia al conductor con sensores pueden registrar el área alrededor del vehículo igual o incluso mejor que un humano. Los retrovisores pueden ser reemplazados por sistemas de cámaras que no sólo aumentan la seguridad, sino que también reducen las emisiones de dióxido de carbono o CO2 de los vehículos deportivos y comerciales.

 

El diálogo entre la persona y la máquina, durante la transición

¿Cuál es la estrategia si el vehículo llega a una salida de autopista en modo automático y en ese momento el conductor debe tomar el control? Será vital que el usuario pueda hablar con el carro y este con él para poder solucionar problemas. La movilidad autónoma pasará por una transición, en la que el conductor aún tendrá que intervenir en situaciones complicadas, como una protesta o un parqueo congestionado.

 

Big data, el cerebro del vehículo que se conduce solo

La gran cantidad de datos que tendrán que gestionar los futuros sistemas de conducción automatizada requerirán una arquitectura electrónica potente y fiable. Además, será relevante asegurar que esta información es compartida con el resto de vehículos, sea cual sea su fabricante, un dato que está relacionado con el primer punto sobre la conectividad. La calidad de la data será determinante.

 

 

La póliza de seguro tendrá que resolver de quién es la responsabilidad

En caso de accidentes, ya sea daños materiales, o peor, el perjuicio contra una persona, ¿a quién se le cargará la responsabilidad civil, a la persona que iba a bordo, al propietario del vehículo, al fabricante? Si lo que ocurre no es directamente provocado por alguien, ¿quién tiene la culpa? Los aseguradores a escala global, al mismo tiempo que sus reguladores nacionales o territoriales, tendrán que dar respuestas a estos dilemas.

 

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