El pilar de la economía digital

Por | marzo 27, 2024

Xerox, en el centro de investigación de Palo Alto, ayudó a idear una forma para que las computadoras de la empresa se enviaran información entre sí a través de cables coaxiales. Llamó a este concepto Ethernet, en honor al medio por el cual, en la física del siglo XIX, se pensaba que se transmitían las fuerzas electromagnéticas. Ethernet se convertiría en la piedra angular de internet.

Más adelante, Xerox dudó de la solidez de internet, aun cuando se convirtió en un fenómeno global. A finales de 1995 se la organización se dio cuenta de que una cuarta parte del tráfico se perdía en su camino y que el sistema no parecía responder bien a ese volumen de pérdida.

La predicción de que todo el asunto se convertiría en una espectacular supernova (estrella que estalla) y, en 1996, colapsaría catastróficamente nunca ocurrió, se tragaron sus palabras.

En sus 50 años de historia, internet en su conjunto nunca ha dejado de funcionar por completo.

 

Resiliencia digital

Algunas partes se rompen todo el tiempo, pero la resiliencia se incorporó a internet desde el primer día. Es una red descentralizada y distribuida de miles de millones de computadoras y miles de millones de enrutadores, conectados entre sí por quizás miles de millones de kilómetros de cables.

La red funciona a la perfección para los usuarios, gracias a las capas de software situadas encima de este hardware que gestionan la forma en que se comunican las computadoras, incorporando múltiples redundancias y sin dejar un único punto de falla. La capacidad de crear, transmitir y consumir artefactos digitales sin necesidad de pensar en las realidades físicas detrás de ellos es el ingrediente secreto de internet y de toda la informática. El pilar de la economía digital.

Para entender la resiliencia de la red de redes, hay que comprender la estructura en capas que caracteriza a internet. Algunos ingenieros piensan que internet tiene cinco capas. En la parte inferior está la capa más física, donde las señales eléctricas pasan de un servidor a otro a través de routers y cables. Justo encima de los cables hay protocolos de red local como Ethernet.

Por encima de los cables y los protocolos de red local hay dos capas de comunicación, el “protocolo de control de transmisión” y el “protocolo de Internet” (TCP/IP), que permiten a las computadoras interpretar mensajes como paquetes: cadenas cortas de datos con una etiqueta en un extremo que describe su destino. TCP/IP interactúa con Ethernet pero no necesita conocer los cables en la parte inferior.

Por encima de TCP/IP se encuentra la capa de aplicación de software y lenguaje que los usuarios empezarán a encontrar más familiares, como el “http” (como se ve en la red mundial). Eso permite que la web interactúe con TCP/IP sin preocuparse por Ethernet o los cables.

Adaptabilidad del internet

Estos niveles de abstracción hicieron que internet fuera flexible y le permitieron escalar más allá de lo que muchos imaginaban. Cada capa intermedia está diseñada para gestionar las interrupciones que se encuentran debajo y presentar una imagen limpia arriba. Un sistema en capas bien diseñado como internet amortigua el caos causado por los errores, en lugar de salirse de control con ellos. Y no hizo daño que, al mismo tiempo, la base física misma se fortaleciera. La fibra óptica estuvo cada vez más disponible a lo largo de la década de 1990.

“Por poner un ejemplo, originalmente internet fue diseñada para transportar texto (un conjunto restringido de 128 caracteres diferentes) a una velocidad de 50 kilobits por segundo. Ahora el video representa más del 65 % del tráfico, viajando a cientos de megabits por segundo, sin obstruir las tuberías. El cambio de protocolos web de http a https, más seguro, no afectó a las capas inferiores.

A medida que el cable de cobre se actualiza a cable de fibra óptica, las aplicaciones no tienen que cambiar. La aparentemente ilimitada adaptabilidad de internet ha sido posible gracias a esas capas de abstracción entre el usuario y los cables”, de acuerdo con una reseña de la historia de internet de la Universidad de Georgia.

Los beneficios de la abstracción todavía están limitados en última instancia por la infraestructura. En sus inicios, Google pudo vencer a sus competidores en parte porque mantuvo las cosas simples. Otros intentaron cargar páginas enormes con muchos anuncios. Pero calcularon mal cuánto podían manejar los módems a una velocidad razonable. Como nadie quiere esperar a que se cargue una página web, ahora puede buscar en Google las cosas en lugar de buscarlas en AltaVista, tal como se extrae de una publicación de blog de Alphabet.

“AltaVista aprendió por las malas que la abstracción tiene un costo: puede ocultar las debilidades del hardware. Los visionarios tecnológicos deberían tomar nota. Sus planes más ambiciosos no funcionarán sin la infraestructura adecuada para ejecutarlos. Desde los automóviles autónomos hasta la realidad aumentada, desde la inteligencia artificial hasta el metaverso, las decisiones en la capa física limitan o amplían lo que es digitalmente posible. Detrás de todas las capas de abstracción, la infraestructura física de internet es la base del futuro digital. Sin él, internet es sólo una idea”, dijo Charles J. Mayers, CEO de Equinix Data Centers, uno de los líderes del almacenamiento de datos en Estados Unidos.

 

Explicando la economía digital

Un buen punto de partida sería explicar cómo un artículo de revistamercado.do llega a la pantalla de laptops, tablets y teléfonos inteligentes. Cada artículo digital comienza en algún lugar de la nube. Para los usuarios, este es el ático infinito donde arrojan sus cosas digitales: artículos, fotografías, vídeos. Pero la nube en realidad está compuesta por decenas de millones de computadoras conectadas a internet.

Al hacer clic con el mouse o tocar una pantalla táctil se creaban paquetes que se convertían en señales que viajaban decenas o miles de kilómetros a través de metal, vidrio y aire hasta una máquina en un centro de datos.

Dependiendo del lugar del mundo en el que te encuentres, el centro de datos del que provendrá tu artículo será diferente. Esto se debe a que Revista Mercado, junto con la mayoría de los proveedores de contenido en internet, llega a los usuarios a través de algo llamado red de entrega de contenido, o CDN. Esto almacena artículos listos para leer en centros de datos de todo el mundo. Esto distribuye la carga para que los servidores principales no se abrumen y ayuda a que un artículo llegue a su pantalla más rápido porque los dispositivos de memoria con los datos necesarios están ubicados físicamente mucho más cerca de usted. Por eso puede acceder a revistamercado.do desde cualquier parte del planeta.

Esto significa que cuando hizo clic en un titular de revistamercado.do mientras estaba en su laptop, vino de un centro de datos en Santo Domingo, hizo un viaje corto a través de un cable de fibra óptica y luego, en la “última milla”, tal vez a través de viejos cableado de cobre hasta llegar a una caja de cable y un enrutador Wi-Fi en su apartamento. Un instante después, paquetes de datos se volvieron a ensamblar en su computadora portátil frente a sus ojos, un artículo digital representado en una pantalla digital.

Artículo publicado en la última edición de revista Technology

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