¿Fin de Silicon Valley? Empleo remoto amenaza el clúster tecnológico

Por revistamercado | junio 8, 2020

Twitter ya ha dicho a sus empleados que no hace falta que regresen jamás a la oficina. Facebook quiere que la mitad de los suyos trabajen desde casa en 10 años. El COVID-19 ha acelerado el empleo remoto en Silicon Valley, lo que, a su vez, amenaza la existencia misma del clúster tecnológico.

Hasta hace solo unos meses -antes de la pandemia- tener una oficina en San Francisco, San José o alguna de las poblaciones aledañas era casi un requisito para cualquier empresa tecnológica estadounidense e incluso de otros países, puesto que ello demostraba estatus y abría puertas tanto de talento como financieras.

Precisamente la concentración geográfica de personal cualificado, inversores y otros profesionales especializados en tecnología como abogados o publicistas era uno de los principales reclamos del clúster tecnológico, un argumento que el COVID-19 ha puesto en duda.

“Sabemos que hay talento tecnológico fuera de estos ‘hubs’ y el empleo remoto abrirá muchas puertas que hasta ahora permanecían cerradas”, indica el investigador.

Permitir a sus empleados trabajar desde casa de forma permanente no solo permitiría el acceso de las firmas tecnológicas a talento fuera de Silicon Valley, sino que además les permitiría rebajar gastos tanto en personal (más competencia entre candidatos y ajustes en base al coste de la vida en cada región) como en inmuebles.

Apple se acaba de gastar 5.000 millones de dólares en su nueva sede de Cupertino; Google, 2.400 millones en sus oficinas en el centro de Nueva York; y Salesforce tiene alquilada la torre más alta de San Francisco.

Poder prescindir de todos estos espacios o, por lo menos, reducir considerablemente sus dimensiones para albergar únicamente operaciones esenciales supondría ahorros multimillonarios cada año para las empresas, especialmente cuando Silicon Valley es una de las zonas con el metro cuadrado más caro de todo EE.UU.

La gran duda respecto al trabajo desde casa y lo que hacía que Facebook fuese hasta hace poco muy reacia a permitirlo entre sus empleados es su efecto sobre la productividad y la creatividad, dos aspectos esenciales para el funcionamiento de una empresa de tecnología.

Si la tendencia se acentúa y otras empresas toman decisiones similares en los próximos meses, Silicon Valley podría cambiar para siempre, y con ella la concentración empresarial y de talento, pero también los precios desorbitados de la vivienda, el intenso tráfico y la gentrificación.

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