Eyetracking para frenar el COVID-19

Por pferreras | julio 28, 2020

El COVID-19 ha hecho saltar todas las alarmas sanitarias y ha colapsado el estilo de vida de la sociedad. En este nuevo escenario, la tecnología y la innovación juegan un papel fundamental, tanto para evitar la propagación del virus, como para mitigar su impacto negativo en la interacción de la sociedad, ya sea en lugares públicos, como en organismos estatales o empresas.

En la nueva normalidad, las soluciones que permiten interactuar con el entorno sin necesidad de interacción física, como es el caso de la tecnología eyetracking, ofrecen la posibilidad de minimizar estos contactos considerados vectores de contagio de la enfermedad.

De hecho, estudios internacionales apuntaban antes de la irrupción del coronavirus a que el mercado global de eyetracking se esperaba que creciera un 27.4 % anual hasta 2025, siendo valorado en US$300 millones en 2019. Dada la situación actual, esas estimaciones son escasas.

En este contexto, Irisbond ha realizado un análisis de las infinitas aplicaciones que tiene esta innovadora tecnología.

Acceso a ascensores: los ascensores son uno de los lugares en los que existe más riesgo de contagio del coronavirus. La aplicación del eyetracking allí es clave, las cámaras rastrean la mirada de los usuarios y detectan en dónde se fija la vista y qué es lo que se quiere hacer, abrir o cerrar las puertas o indiciar el piso al que se desea acceder sin necesidad de tocar los interruptores.

Cajeros automáticos y bancos: referente a los cajeros automáticos, se estima que el volumen de mercado ascienda hasta US$28,200 millones globalmente y el de las puertas y puntos de acceso hasta US$12,100 millones. Y es que su uso público forma parte de la realidad cotidiana; sin embargo, ya es posible poner en marcha una nueva forma de interactuar con ellos gracias a soluciones biométricas, de manera 100 % segura y de una forma más natural y sin contacto: la mirada.

Control de accesos: existen infinidad de actos y rutinas que son propensos a favorecer el contagio del virus, como es el caso de los accesos, o la apertura y cierre de puertas. A través de la instalación de cámaras y sensores en los puntos de entrada, se puede seguir el movimiento ocular para entrar o salir, sin necesidad de contacto físico.

Realización de pagos: las compras en supermercados o comercios es otra de las actividades sin las cuales difícilmente una sociedad puede funcionar. Gracias a las tecnologías de seguimiento ocular, basados en inteligencia artificial, se traduce la mirada para ofrecer un acceso a la información de forma natural, segura, 100 % personal e intuitiva y de manos libres y, además, incluso funciona usando gafas o lentes de contacto.

Dispositivos en entornos laborales: esta tecnología eyetracking permite manejar equipos o dispositivos en entornos laborales como, por ejemplo, las interfaces de los sistemas de control de las líneas de ensamblaje, las pantallas táctiles o los controles remotos a través de tablets, así como los entornos relacionados con la oficina.

Ya se están poniendo en marcha proyectos que implican la aplicación de esta tecnología con la idea, no sólo de ayudar en la propagación de este tipo de pandemias, sino porque además se trata de soluciones inclusivas con personas de movilidad reducida. El éxito de la implementación ayudará a garantizar una fácil replicación y transferencia a otros sectores similares.

El covid-19 ha adelantado años el despegue de ciertas tecnologías que, si bien ya podían aplicarse, se iban relegando por no ser fundamentales. No es ciencia ficción, y no son necesarios nuevos avances, porque estas soluciones ya son una realidad que se puede implementar de forma sencilla.